El acusado de provocar un accidente de tráfico en el que murió una mujer de 36 años vecina de Mallorca en la capital almeriense en 2017, al circular de forma «altamente peligrosa», ha sostenido este lunes que desde ese momento su vida es «un infierno» y ha pedido «perdón» a «esa mujer y a esa pobre niña que está creciendo sin su madre».
Así lo ha manifestado durante su declaración ante el Juzgado de lo Penal número 5 de Almería en la primera sesión de la vista oral por, entre otros, un delito de homicidio imprudente, dónde I. F. B. ha sostenido que pone «una vela» y que está «rezando todos los días» al estar arrepentido de lo ocurrido.
Ha relatado que el día previo al domingo 8 de enero del 2017, cuando tuvo lugar el siniestro, se levantó y estuvo trabajando todo el día -se dedicaba a la compraventa de vehículos- y que no había «descansado nada», y que fue más tarde a un concierto de un cantante rumano en Aguadulce, en Roquetas de Mar.
Ha insistido en que sólo se tomó «dos copas» entre las diez y las doce de la noche, y que tras eso comenzó a tomar bebidas energéticas porque se dormía. Así, ha asegurado que consumió al menos cinco de estas bebidas antes de coger el coche y otra más justo antes de comenzar a circular para asegurar su regreso a Almería capital.
El acusado afirma que no se encontró a nadie en la carretera y que no recuerda haberse saltado ningún semáforo antes de incorporarse a la avenida Federico García Lorca de la capital almeriense, dónde vio un semáforo con una luz en verde y otra en ámbar en un cruce.
«En ese momento pensé en que era un domingo de enero, que no había nadie y no tenía riesgo. Y desde ese momento no sé nada más hasta el impacto», que según el fiscal se produjo sobre las ocho de la mañana en el cruce de esta avenida con la calle Poeta Paco Aquino.
Ha aseverado que sólo escuchó un «bum» y que paró el coche, se quitó el cinturón y bajó con dolor en «toda la cara y el cuerpo» porque había saltado su airbag. «No sabía qué había pasado, no sabía con qué había chocado, no sabía cómo reaccionar»; ha dicho el acusado, representado por el abogado Nabil El Meknassi Barnosi.
Sobre por qué no se quedó a ayudar a los heridos ha subrayado que sintió «miedo» al ver que se aproximaban personas al lugar, que no miró ni su propio coche y que no sabía si había heridos o con qué había impactado.
Así, ha mantenido que llamó a su padre de camino a casa sin llegar a concretar lo que había pasado y que al entrar en su domicilio, su progenitor lo animó a acostarse antes de ir a la Comisaría de Policía porque estaba «muy nervioso, muy mal», si bien fue detenido en dicha vivienda antes de que llegase a entregarse.
A preguntas de su letrado ha resaltado que no tenía accidentes en su haber o sanciones previas por tráfico, recalcando que «colaboró» en todo momento con las autoridades judiciales y policiales.
De los cinco ocupantes del turismo accidentado, el conductor y la copiloto resultaron heridos leves; un ocupante del asiento trasero sufrió heridas graves y la esposa de éste, que iba también en esta parte del coche, murió a consecuencia del siniestro. La hija de 15 meses de estos últimos, que iba en una silla homologada, resultó ilesa.
La Fiscalía acusa a I. F. B. de los delitos de conducción temeraria, homicidio por imprudencia grave y lesiones graves, por los que solicita una pena conjunta de cinco años de prisión, multa de 24 meses, a razón de 12 euros al día, y la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante diez años.
También lo acusa por un delito de omisión del deber del socorro, por el que reclama cuatro años de prisión.
Por último, reclama indemnizaciones para los diferentes perjudicados que van desde los 5.092,72 euros a los 109.710 y 152.475 euros que solicita para el marido e hija, respectivamente, de la fallecida.