Nueva ofensiva contra los desmanes en el ocio nocturno de Palma. Durante las últimas madrugadas, especialmente las del fin de semana, la Policía Nacional (Grupo Alazán), en colaboración de Policía Local de Palma y técnicos del Govern balear, llevaron a cabo en Palma un gran operativo policial enfocado al control de locales, salas y discotecas de ocio nocturno.
En la madrugada del sábado al domingo, en una conocida sala de fiestas ubicada en la calle Gremi Hortelans, en el Polígon de Son Rossinyol de Palma, los agentes procedieron al cierre del establecimiento por incumplir la normativa vigente fijadas por la pandemia de la COVID-19.
A las 00.15 horas, los agentes observaron que el citado local permitía la entrada libremente de clientes. Cuando la policía irrumpió en el recinto se encontraron a 200 personas en su interior, la mayoría que consumía grandes cantidades de alcohol, bailando y con la música a gran volumen.
Por parte de la Patrulla Verde se tramitaron tres actas (puertas abiertas, tabaco y contar con personal de seguridad sin acreditación). Los inspectores del Govern balear también levantaron un acta por incumplimiento de las medidas de la COVID.
Ese mismo día, en la calle Joan Miró, en Gomila, también se sancionó a otra discoteca. En el interior había 44 personas que bailaban, sin respetar las medidas de seguridad. Todo ello, al margen de dos actas por incidencias en el seguro y licencia del establecimiento.
Durante el pasado fin de semana se inspeccionaron un total de 28 locales e identificaron 557 personas. Lo más llamativo es que la totalidad de los establecimientos fueron sancionados en mayor o menor escala. Se levantaron 82 actas por diferentes motivos, cinco sanciones por consumo y tenencia de drogas.