«A las siete y media de la tarde nos podemos olvidar de los medios aéreos. Así que no quedamos solos contra el fuego. Y de noche». Los equipos de emergencia afrontan este sábado su segunda noche contra el gigantesco incendio que ha arrasado unas 350 hectáreas de cañizo en s'Albufera.
Los hidroaviones y helicópteros han sido claves, durante el día, para contener el fuego, que retrocedió claramente debido a las continuas descargas. Otra buena noticia ha sido que ha llovido, pero lo ha hecho de manera tímida y la ayuda que se esperaba del cielo se quedó en una pequeña aportación.
Este noche, el Ibanat (Instituto Balear de la Naturaleza), los Bomberos de Mallorca, la Guardia Civil y la Policía Local de Muro, apoyada por otros agentes de municipios colindantes, se disponen a desplegarse ante los frentes más preocupantes del siniestro.
«La verdad es que ha perdido mucha fuerza en comparación con la madrugada del sábado, cuando el viento soplaba con mucha fuerza, pero aún así no podemos confiarnos porque el cañizo está muy seco y es fácil que ardan amplias zonas», ha explicado uno de los encargados del operativo. Desde el aire, la magnitud del desastre era evidente. Sin embargo, en la Comandancia de la Guardia Civil han matizado que «no es lo mismo que arda una superficie tan grande de cañizo que una de pinar».