Sorpresa y estupor. La empresa de seguridad que gestiona la protección y vigilancia del centro de internamiento de Es Pinaret ha despedido a dos vigilantes tras el motín, fuga y agresión registrado en el centro el pasado sábado día 22 de agosto.
Tras realizar una investigación interna y con el beneplácito de las autoridades políticas de la Fundación s'Estel y la Conselleria d'Afers Socials, dos de los vigilantes que estaban de turno ese día han sido defenestrados al entender que su actuación ese día no fue correcta.
Fuentes sindicales apuntan a Ultima Hora que se trata de una decisión «injusta y totalmente fuera de lugar. La consellera Fina Santiago y la directora de s'Estel, Fina Tur, intentan escurrir su responsabilidad y lanzar balones fuera. Es un escándalo», apuntan los representantes de los trabajadores.
Por su parte, Sebastián Oliver, presidente del sindicato Espartano, apunta: «Vamos a dejar las cosas claras. El Pinaret es un centro donde hay droga, se producen abusos sexuales, educadores mantienen sexo con internos, hay agresiones, motines y las fugas son constantes. Lo que no es de recibo es que se fuguen tres menores violentos, agredan a un vigilante y enciman lo despidan», apunta. Este periódico ha tenido acceso a imágenes internas del centro donde pueden apreciarse cascos, escudos y material de conteción roto o defectuoso. Numerosos ángulos muertos de visión de las cámaras, falta de personal y saturación de internos.
«Tienen a vigilantes metidos en un tejado lleno de cables, piedras y aparatos para que los niños no se escapen trepando las paredes. No les dejan abandonar el punto de vigilancia y si quieren orinar tienen que hacerlo en un agujero y despúes dar un manguerazo para evitar el olor. Desde que murió un interno quemado les dotaron de un DESA y una radial, pero no les han dado la formación y la mitad del personal no sabe utilizarlo», apunta Oliver. También se reclama la figura de un director de seguridad y la puesta en marcha de protocolos de actuación, evacuación en caso de incendios.
Finalmente, los sindicatos explican que la mayoría de los hogares tienen afectados de COVID y que tardan mucho en detectarlos.