Un joven de 26 años y un menor de 14 son, de momento, las dos víctimas del tirador identificado en la barriada palmesana de Foners. Este diario ha entrevistado al joven herido, llamado Bruno, y que contó que el perdigonazo lo recibió el domingo por la tarde, a las 19.30 horas: «Iba caminando con mi cuñado por la calle Pare Guillem Vives para ver los cachorros que su perrita había tenido cuando, de repente, oímos una detonación muy fuerte. Mi cuñado me dijo: 'Nos han tirado un petardo', pero yo me miré el brazo y vi que tenía una herida. Me acababan de disparar y no me lo podía creer».
El muchacho sintió un dolor intenso y vio como un niño se escondía en un balcón próximo de un primer piso, a unos 10 metros de distancia. «Fuimos para ese portal y empezamos a llamar, pero no nos abrían. También llamé a la policía. Tardaron unos 50 minutos y al final llegaron y tocaron ellos a la puerta. Entonces sí que les abrieron», añadió. «Era un matrimonio marroquí o pakistaní que dijo que habían estado esos 50 minutos en el trastero, buscando no sé qué. Yo no me creía nada y me enfadé. Luego se disculparon y la policía me dijo que había sido el hijo del matrimonio, de nueve años, el que me había disparado».
El día antes, el sábado, un chico de 14 años que había salido a comprar ya fue disparado en esa misma calle, junto a ese edificio, y recibió un perdigonazo. Ahora, la Policía Nacional investiga si además de los dos heridos hay más víctimas del precoz francotirador.