De Huang Dong para... nadie. Una vecina de Inca recibió un paquete procedente de la ciudad china de Zhangzhou a finales del pasado julio. En el sobre no aparecía el nombre del destinatario ni el número de la calle. Solo había una breve descripción del contenido en inglés: «Postal».
La mujer, extrañada, no lo abrió, pero está segura de que no era una postal. En la información del destinatario solo coincidía la calle de la localidad en la que reside. No había pedido nada en el país asiático y decidió buscar por internet para tratar de resolver el misterio.
«Pregunté a los vecinos si habían pedido algo en China, pero nadie sabía nada. Llegué a la conclusión de que era un error y pensé en devolverlo a Correos», explicó este sábado por teléfono a este diario.
La receptora del paquete buscó información y leyó en La Vanguardia que cientos de ciudadanos de EEUU habían recibido misteriosos paquetes de semillas procedentes de China sin haberlos pedido. Las autoridades de varios estados a lo largo del país emitieron avisos y alertas para que los destinatarios de los paquetes no los abrieran ni sembraran las semillas. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Wang Wenbin, explicó que las etiquetas estaban falsificadas y recordó que las leyes del país prohíben «estrictamente» enviar o recibir semillas a través de correo postal.
La mujer de Inca tocó el sobre y pensó que, por el tacto, no era semillas. «Tenía curiosidad, pero ganó la prudencia. Un misterioso paquetito de China... envíos masivos a Estados Unidos...». Decidió entregarlo en las dependencias de la Guardia Civil, que lo puso en conocimiento del juzgado de la ciudad.