Una mujer ha sido condenada a un año de cárcel por introducir marihuana para su hijo en la prisión de Palma en verano de 2019. Su hijo también ha sido sentenciado a la misma pena. Los dos se declararon culpables de un delito contra la salud pública en un juicio celebrado a finales de julio en una sala del juzgado de lo Penal número 3 y deberán abonar una multa de 300 euros cada uno.
La fiscal no se opuso a la suspensión de la pena de prisión de ambos. El hombre deberá realizar un programa de deshabituación de drogas y pagar otra multa de 480 euros.
Los hechos tuvieron lugar el 3 de junio. La acusada, aprovechando un vis a vis en el centro penitenciario de Palma donde se encontraba interno su hijo, le hizo entrega de 12 bloques de una sustancia marrón compacta que resultó ser 42 gramos de cannabis. El hombre escondió la droga en el interior de su cuerpo y accedió con la sustancia estupefaciente a las instalaciones de la prisión para distribuirlas entre terceras personas. Los funcionarios penitenciarios sospecharon que podía llevar droga en el interior de su organismo y el recluso accedió a que le realizaran una exploración radiológica y un cacheo superficial.
El preso extrajo de forma voluntaria la droga que portaba en su cuerpo. La sustancia habría alcanzado un valor de 240 euros en el mercado ilícito.
Madre e hijo, asistidos por el abogado Gonzalo Reta, reconocieron los hechos en el juicio y aceptaron un año de prisión cada uno por un delito contra la salud pública.