Sin mascarillas, compartiendo la botella a tragos y sin guardar la distancia de seguridad. La policía se topó ayer con la nueva realidad –nada esperanzadora– y comprobó, de madrugada, que los jóvenes palmesanos juegan con fuego al desafiar a la pandemia. Los grandes controles antibotellón se saldaron con 190 chicos y chicas identificados y 126 de ellos sancionados.
El operativo diseñado por la Jefatura palmesana y el cuartel de San Fernando, que viven una luna de miel en cuanto a colaboración, contó con cerca de 40 agentes, de las unidades GAP, USEI, UPR y Rayos. La clave era llegar rápidamente a los polígonos y parques, ya que las pandillas se avisan de la presencia policial por las redes sociales, así que los motoristas del 091 y 092 fueron la caballería, la punta de lanza del dispositivo. Pasadas las nueve de la noche, los funcionarios irrumpieron por sorpresa en los parques Krekovic y ses Estacions.
Se trata de tres espacios problemáticos, sobre todo por las noches, y que registran numerosos incidentes, la mayoría de ellos relacionados con peleas o trapicheo. Al irrumpir la comitiva policial, el número de jóvenes era elevado, pero muchos consiguieron esfumarse como por arte de magia. Una hora después, tras el susto en los parques, el dispositivo se trasladó a los polígonos: Son Rossinyol y Son Castelló.
En el primero, frente a la cárcel de Palma, localizaron a decenas de chavales, muchos con botellas de alcohol en los maleteros de los coches y la música a tope. «Aquí no molestamos a nadie», argumentó uno de ellos, que finalmente fue multado por llevar botellas encima. El efecto sorpresa, en cualquier caso, fue relativo, porque el mismo viernes ya se había publicado que se llevarían a cabo las redadas y controles.
En total, fueron identificados más de 190 jóvenes. 52 fueron denunciados por no llevar mascarillas o no guardar la distancia; 53 por botellón, 14 por drogas, 1 por armas, 2 por infracciones de tráfico, 1 por ensuciar y 3 por desobediencia. Sólo una persona, que estaba reclamada, fue detenida. Esta noche y mañana continuará el operativo. La nueva normalidad es machacona.
La mayoría de chicos no llevaba la mascarilla
Un dato que llamó poderosamente la atención de los agentes es que gran parte de los chicos que participaban en los botellones y fiestas callejeras no llevaba la mascarilla contra el coronavirus. Y otros se la pusieron al detectar las primeras luces policiales. En principio, no se descubrió ninguna carrera ilegal, aunque hay constancia de que se celebran con cierta asiduidad en los polígonos. Las cámaras los delatan.