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El joven apuñalado por un hombre en Artà: «Vi la sangre y me fui a casa, quería morirme allí y no en la calle»

El acusado en la Sección Primera de la Audiencia de Palma. | Juan P. Martínez

| Palma |

Agosto de 2017. Fiestas patronales de Artà. La víctima, que por aquel entonces tenía 17 años, se encontraba de madrugada con dos amigos en la plaza del pueblo. De repente apareció un extraño. Les dijo que acababa de llegar a la Isla y andaba perdido. Todos congeniaron hasta el punto de acabar bebiendo cervezas juntos. Pero la cosa se torció de repente. El agresor confeso se marchó del lugar y regresó portando dos cuchillos. Sin mediar palabra apuñaló por la espalda al chico, que en ese momento echaba gasolina a una moto, sin que se pudiera defender. Las puñaladas le alcanzaron el estómago, un pulmón y el corazón.

El imputado reconoció los hechos este lunes en la Sección Primera de la Audiencia de Palma y aceptó una pena de once años de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa. Cuando la condena alcance el tercer grado, el procesado, de nacionalidad colombiana, será expulsado del país. Durante su declaración achacó su comportamiento al alcohol. «Ese día empecé a beber cerveza a las 14.00 horas. Me pude tomar unas 20 o 30» y añadió que «no hubo razón para hacer lo que hice por ello quiero pedirle perdón a él y a toda su familia por lo que han sufrido todo este tiempo». La víctima, visiblemente afectada por lo ocurrido, explicó lo sucedido aquella madrugada. «Fue muy amable conmigo. Cuando se marchó del lugar le dije que solíamos juntarnos en esa plaza, por si quería venir otro día», explicó. No se podía imaginar lo que ocurriría poco después y que casi le cuesta la vida. «Sentí un golpe muy fuerte en la espalda y luego vi la sangre. Pensé en irme a casa, me quería morir allí y no en la calle», sostuvo con voz entrecortada el perjudicado. El chico, representado por el letrado Jaime Campaner, entró en parada cardiorrespiratoria y sufrió un infarto cerebral, que le provocó pérdida de vista en un ojo.

Además de la pena de prisión, el condenado deberá indemnizar a la víctima en 104.000 euros y no podrá acercarse a él durante 20 años.

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