«No hay nada, me lo han tirado todo». Cristina P. okupaba un piso en el Port de Pollença desde diciembre de 2019. El propietario la demandó y estaba pendiente del desahucio, pero el pasado martes, aprovechando que ella estaba fuera del domicilio, cambió la cerradura «con todas mis pertenencias dentro. No me quiso devolver nada», sostiene la mujer a este medio.
La Guardia Civil detuvo al propietario por coacción después de que la inquilina interpusiera una denuncia contra él. Sin embargo, ya se encuentra en libertad.
Cristina entró en la vivienda en junio de 2019. Trabajaba como camarera en uno de los negocios del dueño del piso. Cuenta, además, que fue él quien le ofreció esta propiedad.
En octubre dejó de trabajar en el local y asegura que no podía hacerse cargo del pago: «El alquiler era de 650 euros y yo solo cobraba una ayuda de 430 euros».
Denuncias
El dueño interpuso una denuncia para desahuciarla porque llevaba desde diciembre sin pagar el alquiler. Esta semana, a Cristina le cortaron la luz. Y el martes su propietario procedió a cambiar la cerradura y le aseguró que había vaciado el piso y ya estaba alquilado por otra persona. La mujer acudió este jueves a los juzgados de Inca para solicitar acceder a la vivienda y conocer la situación real de sus pertenencias. «Al mediodía pude entrar y me lo han tirado todo, se lo han llevado», lamenta al otro lado del teléfono.
Según las declaraciones del dueño del piso afectado, esta inquilina y sus hermanos subarriendan pisos en esa zona del municipio. «Intentan okupar las viviendas». Asimismo, confiesa que a la mujer «la han desahuciado en varias ocasiones», y que «mucha gente sufre sus actuaciones».
Además, el propietario manifiesta que «he tenido que defenderme porque he vivido amenazas por parte de todos ellos», y sospecha que tiene relación con la droga.
Por otra parte, el hombre, que prefiere no dar su nombre, asegura que la versión de la inquilina «es totalmente falsa» y que «demostraré toda la verdad por vía judicial».