Los vecinos de un edificio ubicado en la barriada palmesana de Son Oliva llevaban varios meses viviendo una auténtica pesadilla. Estaban atemorizados ante la ocupación de un piso por parte de varios integrantes del peligroso y violento clan gitano de ‘Los Pelúos'.
Los okupas eran un grupo de personas dedicada a la venta, cultivo y distribución de marihuana. En esta ocasión, dentro de la vivienda habían montado una completa plantación con 20 lámparas de calor, filtros y más de un centenar de plantas. Todo ello, enganchado al suministro eléctrico.
El fuerte olor que desprendían las plantas, los ruidos, amenazas y los problemas de convivencia generados por los nuevos moradores del piso okupa habían disparado las quejas vecinales. El Grupo II de Estupefacientes del Cuerpo Nacional de Policía, en colaboración con la Policía Local de Palma, puso en marcha una operación que se saldó con la detención del propietario de la plantación y la incautación de la misma.
El narcotraficante había instalado una puerta reforzada con placas metálicas en la puerta de entrada con la finalidad de dificultar el acceso de los agentes. En el momento de su detención, a pesar del intenso olor a marihuana, el sospechoso estaba en la vivienda con una mujer y un bebé tumbados en el sofá del comedor. Una de las curiosidades del operativo se produjo cuando los agentes sacaron al detenido de la vivienda para introducirlo en el vehículo policial para llevárselo a la comisaría. En ese momento, una gran cantidad de vecinos salieron a las ventanas y balcones y rompieron en un gran aplauso para los policías. «Nadie se puede imaginar lo que hemos sufrido durante los últimos meses. Ha sido una pesadilla», comentaba uno de los perjudicados. En la operación se incautaron las lámparas, equipos de ventilación, filtros, transformadores y otro material utilizado para el cultivo de la droga.
Desde hace años, los cuerpos policiales tienen constancia de que ‘Los Pelúos' se adueñan de forma sistemática de viviendas de personas desahuciadas por los bancos, para posteriormente ocuparlos. Se trata de un grupo de ciudadanos de nacionalidad española y etnia gitana que, la mayoría de las veces, usurpan las viviendas mediante la técnica del ‘patadón'. Esta operación es un nuevo éxito de un grupo policial conjunto entre Policía Local y Cuerpo Nacional de Policía que nació en 2009 y que, desde su inicio, ha conseguido desarticular más de 150 puntos de venta de droga y decomisado droga por valor de más de dos millones de euros.