En pleno estado de alarma, con las calles vacías, un pirómano se la jugó de madrugada y provocó un gran incendio en una calle de Sóller. Las llamas quemaron nueve motos, alcanzaron un coche y se propagaron a la fachada de la biblioteca municipal, además de quemar los cables de la fibra óptica y dejar sin internet a los vecinos. La Policía Judicial de la Guardia Civil está buscando al autor.
A las cuatro de la madrugada, los vecinos de la céntrica calle Bisbe Mateu Colom se despertaron sobresaltados por una serie de explosiones: «Pensé que alguien estaba tirando petardos», contó ayer uno de los testigos a este diario. Sin embargo, cuando se asomaron por la ventana presenciaron cómo el párking de motos se había convertido en una gran bola de fuego. Las llamas, además, se extendían peligrosamente, pero la rápida intervención de la Policía Local permitió salvar a cinco motos. Otras nueve fueron pasto del fuego, que también alcanzó un coche estacionado al lado.
El aparcamiento se encuentra ubicado junto a la biblioteca municipal, y las llamaradas se elevaron varios metros de altura, ennegreciendo toda la fachada lateral, al tiempo que una de las ventanas era calcinada. Los bomberos arrojaron agua por ese acceso y en la habitación se registraron algunos daños, incluido un ordenador. De la investigación se ha hecho cargo la Guardia Civil y la declaración de un vecino, que vio huir al principal sospechoso, es clave para el esclarecimiento del incendio intencionado.
Los agentes se entrevistaron con el testigo para saber las características físicas del sospechoso y en qué dirección huyó. También están revisando las cámaras del pueblo para comprobar si pasó por alguna de esas calles. Los daños materiales están siendo cuantificados y son muy elevados. Ayer por la mañana, los técnicos reparaban los daños en el cableado de la calle.