Dos de los perros policías de la ya desmantelada Unidad Canina de la Policía Local de Palma han llegado a su nuevo hogar. Se trata de las instalaciones municipales de la Unidad Montada en el Castell de Bellver.
Los dos agentes caninos, un pastor alemán y uno belga malinois, de más de diez años y enfermos de leishmaniosis, están recibiendo tratamiento veterinario. El tercero de los animales, según fuentes de la Jefatura, ha sido entregado a la mujer que cedió al perro a la unidad hace unos años.
La decisión política de suprimir la Unidad Canina, el tratamiento de la información y el destino final de los animales ha generado desde el primer momento una gran polémica social. De hecho, el propio Ayuntamiento se vio en la obligación de recular y sacar a los canes de la perrera de Son Reus ante la presión ciudadana y los grupos animalistas.
Del mismo modo, la regidora de Seguretat Ciutadana, Joana Maria Adrover, a preguntas de una regidora del Partido Popular en el pleno del Ajuntament de Palma, destapó que la supresión de la división venía motivada por dos informes; uno de un mayor y otro del jefe de la Policía Local. «No es una unidad que entre dentro de las competencias de la Policía Local y es totalmente inoperativa».
Este punto también ha generado una gran polémica en el seno policial al entender muchos integrantes del cuerpo municipal que, desde hace años, las competencias en materia de seguridad ciudadana son compartidas con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.