Guerra abierta entre excuñados. Una mujer de 38 años ha denunciado al hermano de su expareja por cobrarle un préstamo de 15.000 euros a base de felaciones.
Víctima y agresor, ambos mallorquines y residentes en un pueblo del Pla, mantenían una excelente relación. De hecho, la ahora denunciante sostiene que lo llegó a considerar como «un hermano».
En el mes de septiembre de 2019, la mujer, debido a problemas económicos importantes, decidió pedir ayuda a su excuñado, un varón de 58 años. Tras establecer las condiciones de la deuda, la dicente recibió un ingreso en su cuenta de 15.000 euros. La excuñada dice que no estipularon ningún plazo ni cantidad de dinero para solventar dicho préstamo. Es decir, que iría devolviéndolo así como pudiera.
A los pocos días, siempre según consta en la denuncia, el hombre le indicó que debido al favor que le había hecho con el dinero, ella tenía que hacerle dos o tres ‘biberones' (felaciones) por semana. Hasta en cinco ocasiones llegaron a verse, entablando una conversación y finalizando la cita siempre con la felación. Todos estos encuentros tuvieron lugar en el interior del vehículo del denunciado. Cuatro de las relaciones se mantuvieron con el vehículo estacionado en el desvío de Son Gual y la quinta en un descampado cerca del centro comercial Alcampo.
Amenazada
La mujer explica que en todo momento se sintió muy amenazada por su excuñado con frases como: «Si me haces lo que me gusta, no tienes ni puta idea de lo contenta que estarás de mí. Porque yo soy muy radical. Yo tanto puedo ser agresivo como vengativo. ¿Eres consciente de lo que te acabo de decir? No tengo muchas piedades el día que me pongo en plan de combate. No lo debes poner en duda». Y para acabar con una frase lapidante: «Mientras dure la deuda conmigo me harás de xiribeva (puta)».
En varias llamadas el denunciado le proponía ir «más allá de las felaciones». Es más, le sugerió realizar un «69» con frases de alto contenido sexual. La presunta víctima no aceptó semejantes proposiciones indecentes.
Grabaciones
Días atrás, la mujer, muy presionada, decidió contar los hechos a su madre y a un amigo. Cuando el excuñado se enteró que lo había contado, muy envalentonado le dijo a la mujer que en su próxima cita llevase el móvil con mucha carga de batería, para grabar todo lo que tenía que decir y lo escucharan esas «paparres». A partir de ese instante, el acoso fue máximo, con llamadas y mensajes amenazantes (presentados en la denuncia ante la Policía Nacional).
El día 3 de enero, la denunciante recibió una carta certificada en cuyo sobre figuraba como remitente el excuñado con tres hojas manuscritas vejando a la dicente. También mantenía una advertencia, «o cumples o te denunciaré».