Iñaki Abad y Aratz Urrizola, dos de los ocho jóvenes condenados por agredir a dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua (Navarra) el 15 de octubre de 2016, han abandonado sobre las once y media de la mañana la cárcel de Zaballa al obtener el tercer grado después de que el Tribunal Supremo rebajara sus condenas. A la salida, sus padres han afirmado que sus hijos han vivido «una injusticia» y que «lucharán hasta que salgan todos».
La Junta de Tratamiento de la prisión de Zaballa en la que se encontraban desde junio de 2018 ha atendido la solicitud de ambos condenados y la decisión fue ratificada posteriormente por la dirección del centro.
Con motivo de su salida, alrededor de una veintena de personas se habían concentrado a las ocho de la mañana en los exteriores de la cárcel, pero a las diez de la mañana han abandonado la zona, hasta donde se ha acercado también la diputada de EH Bildu, Bel Pozueta, madre de unos de los condenados en este caso.
Sobre las once y media de la mañana se ha producido la salida en coche de los dos jóvenes acompañados de sus padres, que, posteriormente, han comparecido ante los medios de comunicación.
Javier Abad, padre de Iñaki Abad ha afirmado que tienen unas «sensaciones muy buenas» porque han salido sus hijos, pero también piensan en el resto que todavía se quedan en prisión. Ha reconocido sentirse «pletórico». «Mejor no puedo estar, mi hijo no sé, creo que también», ha apuntado. Según ha indicado, la salida de prisión era el «fin que estaban buscando» y ahora «ya está en la calle», aunque tenga que venir a dormir.
El familiar de Abad ha reiterado que este caso, desde el principio, ha sido una «injusticia», por lo que tendrán que seguir «luchando hasta que salgan». «Y cada vez que salgan vendremos todos a buscarlos, esperemos que esto acabe pronto para todos, acabará cuando acaba la condena pero todo el tiempo que han pasado en la cárcel es una burrada, una injusticia terrible», ha añadido.
Asimismo, ha afirmado que su hijo le ha dado un beso al salir de prisión y no recuerda si le ha llegado a decir algo. Según ha señalado, tiene que asimilar la nueva situación porque «tanto tiempo tenerlo fuera de casa es terrible, indescriptible».
Por su parte, Gotzon Urrizola, padre de Aratz Urrizola ha asegurado que «hoy es un día especial» porque «Iñaki y Aratz están en la calle» aunque «no en libertad» porque «están cumpliendo la condena» con «un tercer grado». «Nos hemos dado un abrazo, tenemos tiempo para estar con ellos», ha dicho.
Por otra parte, ha insistido en la «injusticia» de quienes permanecen en prisión todavía. «Queremos también verles en la calle, por lo menos, dar un paso hacia adelante y que este rayo de luz sea un poquito más grande hasta verlos a todos ellos en libertad, en casa y en la calle», ha señalado.
Según ha dicho «ese paso», que pretenden que sea «definitivo», es el que se quieren dar «con toda la gente solidaria con las familias y el pueblo de Alsasua». «Que sigamos adelante hasta verles libres, verdaderamente libres», ha añadido.
Con la sentencia del Tribunal Supremo, Urrizola pasó de una condena inicial de 9 años de cárcel a 4 años y 2 meses, mientras que a Abad le redujeron la pena de 6 a 3 años y medio, de modo que ambos ya han cumplido con creces una cuarta parte de sus condenas, el tiempo mínimo para empezar a solicitar permisos.
Tras la reclasificación del grado penitenciario que hizo este mismo mes la dirección de la prisión en la que se encuentran -trámite que suele ocurrir a los dos meses de la sentencia firme-, los dos jóvenes solicitaron la concesión del tercer grado y la Junta de Tratamiento se lo ha concedido.
Abad y Urrizola no fueron los únicos condenados por la agresión de Alsasua que vieron reducidas sus condenas, sino que la revisión del Supremo afectó a todos al considerar que la agravante de discriminación por odio y la de abuso de superioridad no deben aplicarse en el caso del delito de atentado a la autoridad.
De este modo, el alto tribunal concluyó que la condena de Ohian Arnanz debe pasar de 13 a 9 años y medio de cárcel, mientras que las de Jokin Unamuno y Adur Ramírez se quedan en 8 años y medio de una condena inicial de 12 años. Los tres llevan ya cumplidos tres años de prisión, al haber sido internados también en preventiva.
En cuanto a Jon Ander Cob y Julen Goicoechea -que entraron en la cárcel en junio de 2018 como Abad y Urrizola-, se imponen 7 años y medio de prisión para cada uno de una pena inicial de 9 años.
Así pues, todos habrían cumplido ya una cuarta parte de las condenas. Arnanz, Unamuno, Ramírez, Goicoechea y Cob están pendientes aún de la reclasificación del grado por parte de la dirección de la prisión, tras lo cual ya podrán empezar a solicitar permisos penitenciarios.
La octava condenada por la agresión a los guardias civiles y sus parejas es Ainara Urquijo, pero fue condenada por el Supremo a un año y medio de prisión, seis meses menos que la pena impuesta por la Audiencia Nacional, de modo que se encuentra en libertad al carecer de antecedentes penales.
Por su parte, el padre de Aratz Urrizola ha asegurado que «hoy es un día especial» porque «Iñaki y Aratz están en la calle» aunque «no en libertad» porque «están cumpliendo la condena» con «un tercer grado». «Nos hemos dado un abrazo, tenemos tiempo para estar con ellos», ha dicho.
Por otra parte, ha insistido en la «injusticia» de quienes permanecen en prisión todavía. «Queremos también verles en la calle, por lo menos, dar un paso hacia adelante y que este rayo de luz sea un poquito más grande, hasta verlos a todos ellos en libertad, en casa y en la calle», ha señalado.
Según ha dicho «ese paso», que pretenden que sea «definitivo», es el que se pretende dar «con toda la gente solidaria con las familias y el pueblo de Alsasua». «Que sigamos adelante hasta verles libres, verdaderamente libres