Jorge Ignacio Palma, que se encuentra en prisión provisional, comunicada y sin fianza desde el pasado jueves, en una causa abierta por un delito de homicidio, se encontraba en libertad provisional cuando desapareció la joven Marta Calvo el pasado 7 de noviembre, según publica el diario Las Provincias en su edición de este domingo.
El colombiano de 38 años ha reconocido a las autoridades que desmembró el cuerpo de la chica tras su fallecimiento, lo guardó en bolsas y se fue deshaciendo de los restos en distintos contenedores de basura. Ocurrió ahora hace un mes. Ambos no se conocían y se citaron aquella noche. Según el testimonio del presunto asesino de Marta Calvo, mantuvieron relaciones sexuales con consumo de cocaína en su vivienda.
Según el mismo medio de comunicación, Jorge había salido en 2018 de prisión y se encontraba en libertad provisional tras recurrir su condena de tres años y tres meses de cárcel por un delito de tráfico de drogas.
Tan fácil como ir a firmar al juzgado cada día, hacerles entrevistas todos los meses y tener un cuerpo que únicamente se dediquen a dar caza (nada de detener) a individuos así a la mínima que se pasen de la raya. Son medidas que establecerían un control contínuo para aquellos que (y el estado lo sabe) tienen un gran potencial para perjudicar a toda la sociedad. Señores vida solo hay una y gente con este perfil solo merece estar más que controlada.