Agentes de la Policía Nacional de la comisaría de Ibiza han detenido en la isla a un fugitivo internacional buscado y reclamado por la justicia holandesa por delitos fiscales relacionados con la constitución de empresas.
Según informaron ayer fuentes policiales en un comunicado, la detención se produjo el pasado jueves tras un mes de investigación, en la que se pudo averiguar el domicilio en el que se hallaba escondido. Sobre el fugitivo pesaba una Orden Europea de Detención.
Las mismas fuentes indicaron que las solicitudes de busca y captura internacionales tienen como finalidad poner al fugitivo a disposición judicial en el país de comisión del delito, tanto para ser juzgado como para el cumplimiento de una condena, recuerda el comunicado.
Una de las especialidades del grupo Udyco de la Policía Nacional en Ibiza es la detección, localización y detención de delincuentes huidos de la justicia internacional que se encuentran en la isla.
Isla para desaparecer
Tal y como advirtieron fuentes policiales, los fugitivos encuentran en Ibiza «un lugar idóneo» para intentar desaparecer sin «levantar sospechas» y empleando «todos los medios» a su alcance para obstaculizar la investigación policial.
Los motivos por los cuales los fugitivos internacionales son buscados responden siempre a la «gravedad delictiva» con delitos de tipo económico y financiero, blanqueo de capitales, robos violentos o delitos contra la seguridad pública y del Estado.
Asimismo, destacan, por su «extrema alarma social», los delitos de tráfico de drogas, violación y la explotación sexual de niños, remarcaron las mismas fuentes.
Recientemente, a finales de octubre, la Policía Nacional localizó en Santa Gertrudis a un hacker que era reclamado por la Justicia estadounidense por los delitos de conspiración para la comisión de fraudes en internet; conspiración para la comisión del blanqueo de capitales; cinco casos de blanqueo de capitales y uno de fraude a la seguridad por internet, tal y como avanzó Periódico de Ibiza y Formentera en su edición del 30 de octubre.
El prófugo, un español de 48 años, se enfrenta a una petición de más de 70 años de prisión por una serie de fraudes que superan los 15 millones de dólares.