La autopsia practicada a la víctima del crimen de Sencelles en 2017 contabilizó unas 37 heridas entre lesiones incisas, realizadas con un cuchillo, y contusas, golpes presuntamente realizados con un recipiente de barro y un escurridor metálico.
Así lo han explicado los médicos que llevaron a cabo la autopsia, al comparecer durante la quinta sesión del juicio por estos hechos, que celebra un tribunal del jurado en la Audiencia Provincial. El acusado es el ex yerno de la víctima y los familiares del fallecido piden para prisión permanente revisable, mientras que la Fiscalía solicita 30 años de cárcel.
Los médicos han confirmado que la víctima cojeaba porque tenía una pierna rígida, y que sufría artrosis en las manos, y consideran que sus posibilidades de defenderse eran «mínimas» cuando fue atacado con el cuchillo.
Una cuchillada en el cuello prácticamente le seccionó la yugular, y posteriormente recibió puñaladas en el tórax que, según los expertos, fueron «para rematar». El arma no fue encontrada, pero por las proporciones que se deducen de las heridas, se cree que fue un cuchillo de cocina.