El juzgado de instrucción número 4 de Palma ha condenado, a una multa de 1.825 euros por un delito de intrusismo, a un criador de perros de Mallorca que, «sin tener el título de facultativo veterinario», implantó microchips «de origen desconocido a animales que criaba» entre los años 2017 y 2018.
Así ha informado en un comunicado el Colegio Oficial de Veterinarios de Baleares (Covib), que ha indicado que la condena se ha producido a raíz de su denuncia y de las investigaciones y posterior atestado de la Guardia Civil. La condena ha sido de 12 meses de multa con una cuota diaria de cinco euros, resultando la pena 1.825 euros, además del pago de las costas del proceso.
Según detallan, el tribunal considera probado que el individuo, de 41 años, implantó microchips de «origen desconocido» a, al menos, cinco perros «que crió en una fecha no determinada». El Covib destaca que, durante la intervención de la Guardia Civil, al margen de los microchips implantados, se encontraron tres más.
El Covib ha remarcado la importancia de «informar de cualquier caso de intrusismo» del que se tenga conocimiento «por el daño que hace al colectivo veterinario y por el riesgo que este tipo de actividades realizadas sin la calificación adecuada pueden tener para los animales».