La Policía Nacional ha interceptado en Jaén a un cazador supuestamente furtivo con 34 aves catalogadas en peligro de extinción y por tanto protegidas y que fue sorprendido con las aves en un control preventivo establecido por agentes de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana en una de las entradas de la ciudad. Ante la presencia policial intentó ocultar las aves y los elementos de caza ilegal.
Según ha detallado la Policía en un comunicado, este tipo de aves están protegidas al ser imprescindibles para el equilibrio ecológico, por lo que su caza está prohibida.
En concreto, agentes adscritos a la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana habían establecido diferentes controles preventivos en distintos puntos de la ciudad en pro de detectar y evitar la comisión de cualquier ilícito penal y que, fruto de esa labor, en una de las variadas intervenciones fue interceptada esta persona.
Al intentar ocultar una bolsa, los agentes comprobaron su contenido y encontraron 34 pajarillos muertos, una pequeña red y un envase que contenía alúas vivas (hormigas aladas).
Ante la situación creada, los policías contactaron con la Unidad que la Policía Nacional tiene adscrita a la Junta de Andalucía, al ser un tema muy específico y cuyas competencias en Medio Ambiente les encomienda el Estatuto de Autonomía de ésta Comunidad Autónoma, trasladando al presunto furtivo hasta sus dependencias junto a las aves incautadas.
Una vez inspeccionadas el tipo de aves capturadas ilegalmente, se comprobó que se trataban de siete Petirrojos, diez Currucas capirotadas macho y 13 hembras, un Mosquitero común, un Colirrojo tizón y un Zorzal, que presentaban lesiones que eran compatibles con el arte de caza prohibido conocido como «costillas» o «perchas», trampas que están consideradas como «masivas y no selectivas», por el tremendo daño que provocan al medio natural.
El hecho de que la mayoría de estas aves insectívoras que frecuentan la provincia no sean cazables es debido a la catalogación que existe sobre ellas como especies amenazadas en la categoría de interés especial y por tanto protegidas al encontrarse en peligro de extinción.
Según ha precisado la Policía, estas aves son imprescindibles para el mantenimiento del equilibrio ecológico al actuar como auténticos insecticidas biológicos, vitales para el hombre y los cultivos agrícolas al controlar el avance de plagas.
Desde la Junta de Andalucía han indicado que este tipo de intervenciones debe contribuir y servir para llamar a la concienciación general y ha subrayado que «hay que denunciar y alertar ante cualquier actuación que se conozca o se observe por el tremendo e irreparable daño que estas situaciones provoca al medio ambiente».
Así, ha detallado que se rompe el equilibrio del ecosistema, llegando a provocar la transmisión y proliferación de enfermedades, extendidas a través de picaduras de insectos, «lo que a la larga puede provocar claramente, graves crisis sanitarias y agrícolas ante la proliferación de nuevas plagas que afecten seriamente a los cultivos».