En 2010 un matrimonio estadounidense decidió adoptar una niña ucraniana de seis años, Natalia Grace. La niña sufría un trastorno óseo llamado displasia espondiloepimetafisaria.
A pesar de que el primer año fue de relativa normalidad, con el paso del tiempo la pequeña empezó a tener comportamientos muy extraños. Llegando al punto en el cual la niña, según ha contado la madre, los intentó asesinar. La versión de la madre explica que intentó envenenarla con lejía, la empujó contra una cerca eléctrica y también que amenazó con apuñalarla a ella y a su marido.
Ante esos comportamientos la pareja llevó a la niña a un centro de salud mental. Allí los especialistas aseguraron que la niña no tenía la edad que se suponía. Según los expertos, los dientes o el desarrollo sexual de Natalia Grace determinaban que tenía más de 18 años.
Sin embargo, Natalia permaneció con la familia hasta 2013, cuando la pareja decidió abandonarla. La familia se mudó a Canadá y dejaron a Natalia en un piso alquilado, con un número de la seguridad social y cupones para comida.
En 2014, Natalia Grace, declaró ante la policía que sus padres la habían abandonado cuando tenía 11 años. La joven aportó a las autoridades una supuesta prueba ósea realizada por un experto que probaba que tenía 11 años cuando la abandonaron.
Ahora los padres y Natalia Grace se enfrentan en los tribunales. Mientras que la pareja asegura que nació en 1989, Natalia Grace dice que nació en 2003.