Biel Fornés, padre de Paula, la joven que falleció tras ser arrollada por una conductora ebria el año pasado en sa Ràpita, visitó este martes las instalaciones de una empresa de Madrid que ha diseñado un sistema para salvar vidas. Se trata del dispositivo Dräger Interlock 7.000, un alcoholímetro que impide que una persona que se encuentre bajo los efectos del alcohol pueda arrancar el vehículo.
Fornés, que acudió junto a otras familias que han perdido seres queridos en accidentes de tráfico, abandonó las oficinas con buenas impresiones. «A partir de 2022 los coches deberán salir con la preinstalación de este mecanismo. Nuestra lucha es que esto no sea una preinstalación, sino que sea obligatorio. Nos gustaría que los coches no se enciendan si el conductor ha bebido».
El alcoholímetro va conectado con el motor del vehículo. El conductor hace la prueba de alcohol y si da negativo se libera el motor de arranque. Si el resultado es positivo se bloquea y el coche no se enciende.
Biel Fornés participará en una concentración en Madrid por el día mundial de las víctimas en accidentes de tráfico, el 17 de noviembre. Su hija Paula tenía solo 15 años cuando una conductora ebria, que circulaba con un carné falsificado polaco, la arrolló en la avenida Miramar de sa Ràpita, sobre las 01.50 del 24 de junio de 2018.
La adolescente falleció casi en el acto. La Policía Local sometió a la mujer a la prueba de alcoholemia y cuadruplicó la tasa máxima permitida. La conductora pasó 11 días en prisión preventiva y salió tras pagar 12.000 euros de fianza.
A la espera del juicio
El juicio contra la conductora ebria que mató a Paula Fornés en sa Ràpita se celebrará el próximo 27 de septiembre en el juzgado de lo Penal número 3 de Palma.
La Fiscalía solicita una condena de cinco años y los abogados de la familia de la víctima piden 11. La defensa de la acusada solicita la absolución de la mujer, de origen polaco.