Carlos de España nació en Palma hace 56 años. En 2002 asumió la presidencia de la Federación de Salvamento y Socorrismo de les Illes Balears.
¿Está Mallorca preparada para afrontar la temporada estival con los socorristas actuales?
—Tocaría estarlo. Pero la realidad es muy diferente. Es verdad que en Baleares tenemos un gran problema que es la falta de recursos humanos para cubrir la demanda.
¿Están preparados los socorristas en la Isla?
—Tenemos un poco de todo. La gran mayoría son buenos profesionales y están relativamente preparados, pero nos hemos encontrado casos de socorristas que literalmente no saben nadar.
¿Me está diciendo que hay personal a cargo de la vigilancia de una piscina que no sabe nadar?
—Nos encontramos empresas formativas que son serias y profesionales y realizan los cursos de una forma correcta. Pero también hay otras que hacen los cursos on line y para aprobar a los alumnos les piden que les envíen las prácticas grabadas en vídeo. Y esto no es serio.
¿Por qué sucede esto?
—Le pondré un ejemplo. Yo además de ser presidente de la federación tengo una empresa homologada por el Govern para impartir formación. Hasta hace poco venía gente a la que se le obligaba a hacer el curso de socorrismo, sobretodo a trabajadores del sector de la hostelería,... que se tiraban al agua y era yo el que me tenía que lanzar a rescatarlos. Además, te lo decían muy claro: ‘Es que sino me tiro no voy a tener trabajo'.
¿Y qué les decía cuando se encontraba con estos casos?
—Ante esta situación tan desesperada lo único que les puedes decir es que se van a suicidar. Es una temeridad.
Hace unos años era habitual que algunos hoteleros, para ahorrarse al socorrista, pusieran al camarero en la piscina. ¿Esto sigue sucediendo?
—Afortunadamente la cosa está cambiando, pero aún siguen en ello. Es cierto que la Conselleria de Salut está muy encima y el incumplimiento de la normativa puede acarrear fuertes sanciones económicas.
¿Hacen falta socorristas?
—Sí. La temporada estival es muy corta y mucha gente busca la estabilidad laboral.
¿Cuál es el perfil?
—Habitualmente estamos hablando de gente muy joven. En los hoteles la media de edad es algo más elevada, pero por ejemplo, en los parques acuáticos de Baleares estamos hablando de una media de edad de entre los 16 y los 24 años. En las playas, la horquilla de edad es algo superior y estaríamos hablando de 24 a 35 años.
La Federación de Salvamento y Socorrismo ha puesto en marcha un año más la campaña ‘Stop ahogado'. ¿En qué consiste?
—Se trata de una campaña que lleva unos cuantos años en marcha. Tratamos de concienciar a todo el mundo, especialmente a las administraciones públicas, del problema de los ahogamientos. Hay campañas de tráfico que están obteniendo unos buenos resultados, pero sin embargo no se apuesta por ésta. Al final, son federaciones o asociaciones no lucrativas las que tenemos que hacernos cargo.
¿Cómo llevamos la temporada, desde el punto de vista de ahogamientos?
—Los datos son demoledores. Nos encontramos ante el peor mes de los dos últimos años. Un total de 232 personas han perdido la vida desde el 1 de julio hasta el 31 de julio en España por ahogamiento en playas o piscinas. 94 de ellas fallecieron durante el mes de julio, es decir, 34 más que en la misma fecha del año anterior.
¿Son seguras nuestras playas y piscinas?
—Se podría mejorar mucho más la seguridad. Uno de los problemas es que los chicos se quejan de que hacen muchas horas y que la remuneración económica podría ser algo mayor. Eso afecta a la calidad del servicio.
Pero, ¿ha mejorado la seguridad en playas y piscinas?
—Sí. Especialmente en las playas de Baleares. Podemos decir que la mejora respecto a los últimos años ha sido muy significativa, pero no hay que bajar nunca la guardia.