Un niño de 6 años y una niña de 13, además de un joven de unos 20 años y el propio autor de los disparos son las víctimas mortales del último tiroteo indiscriminado en Estados Unidos, ocurrido en la tarde del domingo en un festival de comida al aire libre en Gilroy (California), informó hoy la Policía.
Santino William Legan, de 19 años y oriundo de la localidad, fue identificado como el principal sospechoso de la matanza, que también dejó otras 12 personas heridas y que se produjo en las últimas horas de la jornada de clausura del Festival del Ajo (Gilroy Garlic Festival) que se celebra cada verano en la población californiana.
«La violencia por armas de fuego es una epidemia en nuestro país, y aun así nadie imaginó que esto pudiese ocurrir aquí, en nuestra comunidad», dijo hoy el alcalde de Gilroy, Roland Velasco, quien compareció junto al jefe de Policía y al de Bomberos para dar la última hora sobre la investigación.
Legan logró acceder al recinto de la feria -para entrar había que pasar por un detector de metales- cortando una valla protectora en la tarde del domingo y, una vez dentro, disparó de forma indiscriminada con un fusil de asalto similar a un AK-47 que había adquirido legalmente a principios de mes en el vecino estado de Nevada.
Según explicó el jefe de Policía de la localidad, Scot Smithee, un grupo de tres agentes que se encontraban en la feria fueron avisados, se dirigieron al lugar y, al verles llegar, Legan abrió fuego contra ellos, ante lo que los agentes respondieron con sus pistolas y le abatieron.
Simthee indicó que por el momento se desconoce qué motivo llevó al sospechoso a cometer el tiroteo y el Buró Federal de Investigación (FBI) está ayudando a los cuerpos de Policía local y estatal a esclarecer posibles motivaciones.
Varios testigos indicaron a la Policía que podría haber una segunda persona implicada en el suceso, una hipótesis que las autoridades mantenían abierta este lunes, aunque por el momento no pudieron confirmar si efectivamente estuvo implicada y, de ser así, cuál fue exactamente su papel, si iba o no armada ni cuál es su paradero actual.
La Policía evitó hacer públicos los detalles de las víctimas más allá de su edad y sexo para respetar su intimidad, pero el hispano Alberto Romero, padre de un niño de seis años, confirmó al canal local NBC Bay Area que su hijo es uno de los fallecidos.
«Nos giramos cuando oímos disparos y vimos a un hombre vestido de camuflaje con un chaleco naranja. Creí que era un policía», indicó a la cadena local ABC7 Litzy Munguia, quien acudió al festival junto a su pareja.
Por su parte, Jonathan Williams, residente en Gilroy, oyó por lo menos una veintena de disparos y vio a mucha gente, incluidos padres con sus hijos, «correr y meterse en tenderetes y esconderse bajo las mesas».
Gilroy es una localidad mayoritariamente rural de unos 50.000 habitantes situada unos 130 kilómetros al sur de San Francisco.
Autoproclamada «la capital del ajo del mundo», es la principal productora de esta planta en EE.UU. y celebra cada verano un festival dedicado al ajo, en el cual los asistentes -que llegan de media a entre 80.000 y 100.000 cada año- pueden disfrutar de todo tipo de platos elaborados con esta hortaliza.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, se refirió este lunes a lo sucedido, calificó al autor de los disparos de «asesino retorcido» y pidió a los presentes en un acto en la Casa Blanca que rezasen por las víctimas.
«Nos reafirmamos en nuestro objetivo nacional de responder a la violencia con coraje, determinación y resolverlo como una sola familia estadounidense. Seguiremos trabajando juntos para detener al mal, a la violencia y proteger la seguridad de todos los estadounidenses», indicó el mandatario.