La Audiencia Provincial de Baleares ha condenado a dos años de cárcel a una mujer que trabajaba de contable en una agencia de viajes de Palma y que, desde octubre de 2012 hasta al menos diciembre de 2015, emitió «de manera continuada y en numerosas ocasiones» cheques a falsos proveedores debido a que padecía ludopatía.
Tras aceptar los hechos y llegar a un acuerdo entre las partes, la mujer ha sido condenada por un delito de estafa agravado en concurso con un delito de falsedad en documento mercantil. Además de la pena de cárcel deberá pagar una multa de 540 euros y una indemnización de 15.000 euros a la agencia de viajes.
Aunque en el juicio estaban acusadas otras seis personas, a cuatro de ellas se les ha retirado la acusación. Las otras dos han sido condenadas pero con penas inferiores a la de la principal acusada.
En concreto, estas dos personas -que ejercían de falsos proveedores- han sido condenadas a seis meses de cárcel cada uno. Así, a uno de los procesados se le ha impuesto una multa de 43.000 euros y otra de 194.000 euros por blanqueo imprudente de capitales. Ambas multas pueden sustituirse por 15 días de trabajos en beneficio de la comunidad cada una, si no se pudieran llegar a pagar.
El otro acusado, condenado por el mismo delito, también ha sido condenado a seis meses de cárcel y a pagar una multa de 19.000 euros. Esta también se puede sustituir por 15 días de trabajos en beneficio de la comunidad.
Por otra parte, las penas de cárcel de los tres condenados han sido suspendidas; la de la principal acusada por un plazo de cuatro años en los que no puede cometer delitos.
Cabe destacar también que en su condena se ha apreciado que la contable sufría un trastorno mental -derivado de su ludopatía-, que ha confesado, que ha reparado en parte el daño y que se ha comprometido a pagar.
Según la Fiscalía, la mujer se aprovechó de su puesto y de la «gran confianza» que la empresa tenía en ella para alterar el fichero informático de los proveedores y sustituir el nombre de proveedores reales por el de personas con las que se había puesto de acuerdo.
Siguiendo con el relato fiscal, una vez estas tenían los cheques los ingresaban para luego cobrar en metálico y entregar el dinero a la contable, mientras o se quedaban una comisión o lo repartían.