Alrededor de las ocho de la tarde del pasado martes, cuando faltaba poco para que anocheciera en Palma, agentes de la Policía Nacional interceptaron un coche en la entrada del poblado de Son Banya. Un matrimonio viajaba en el interior. Los policías registraron minuciosamente el vehículo y encontraron un kilo de cocaína. El hombre y la mujer, ambos de nacionalidad española, quedaron detenidos. Está previsto que en las próximas horas pasen a disposición judicial.
Los investigadores de la Policía Nacional, con la colaboración de la Guardia Civil, realizaron seguimientos a la pareja. Las escuchas telefónicas, según fuentes jurídicas, dieron pistas a los agentes para dar con los dos arrestados.
Hace varios años que los clanes gitanos que distribuyen la droga en Son Banya disponen de pocas cantidades de sustancias dentro del poblado. Intentan ser cautos para evitar que los descubran y se queden sin negocio.
Los narcotraficantes cuentan con viviendas en zonas como Son Gotleu, La Soledat o la barriada de Es Camp Redó (Corea), donde almacenan la droga. Suelen ser casas que no están habitadas y que únicamente se utilizan para guardar las sustancias estupefacientes.
Los clanes, que controlan y gestionan los diferentes puntos de venta, se aprovechan de personas vulnerables para introducir la droga en Son Banya en coches lanzadera.
A pesar de que realizan trayectos de cortas distancias corren el riesgo de ser interceptados, ya que la Policía Nacional mantiene un control férreo sobre las entradas y salidas del poblado chabolista.