En menos de 24 horas Santa Ponça se convirtió en un improvisado ring de boxeo. Un cuadrilátero donde turistas ebrios y bajo los efectos de sustancias estupefacientes protagonizaron numerosos episodios violentos. El más destacado fue cuando medio centenar de irlandeses se vieron envueltos en una batalla campal.
Según informaron algunos de los participantes, se trata de un enfrentamiento que nace en su país y que se habían ‘citado' para saldar cuentas en Mallorca. Los chicos, nada más encontrarse en la calle, comenzaron a propinarse puñetazos, patadas y se inició el lanzamiento de todo tipo de objetos. La pelea fue muy rápida, pero gracias a la actuación de los numerosos porteros de los locales de ocio de la zona, la reyerta fue controlada y no se produjeron heridos de gravedad.
En las últimas noches, la violencia en la zona ha ido en aumento al igual que el número de peleas. En los incidentes relatados no hubo intervención policial y las reyertas finalizaron sin que se produjera ninguna detención ni sanción a los implicados.