Un capitán de las Fuerzas Armadas de Chipre ha sido condenado este lunes a siete cadenas perpetuas por asesinar a cinco mujeres y dos niños durante una serie de crímenes en serie que se extendió por un periodo de tres años y que causó especial estupor en un país poco acostumbrado a este tipo de crímenes.
El acusado, Nicos Metaxas, de 35 años, se declaró culpable de 12 cargos relacionados con el secuestro y asesinato de las siete víctimas, originarias de Filipinas, Rumanía y Nepal. Los dos niños, de seis y ocho años, eran hijos de dos de las mujeres.
El tribunal ha dictado para Metaxas la pena más grave de la historia del sistema judicial chipriota por estos crímenes, que comenzaron en septiembre de 2016 y concluyeron en julio de 2018. Según los investigadores, el oficial buscaba a sus víctimas a través de Internet.
La vista de este lunes ha estado rodeada de fuertes medidas de seguridad y Metaxas ha comparecido con un chaleco antibalas. El acusado, que ha llorado durante la lectura de las acusaciones, ha pedido perdón a las familias de las víctimas: «He cometido delitos atroces».
La gravedad del caso llevó al cese del jefe de la Policía y a la dimisión del ministro de Justicia, después de que saliese a la luz que las fuerzas de seguridad no dieron suficiente importancia a las desapariciones de las mujeres por tratarse de extranjeras.