La tranquila ciudad de Besançon, en la frontera francesa con Suiza, asiste estupefacta al caso del médico de 47 años Frédéric Péchier, a quien la Justicia acusa de haber intervenido en el envenenamiento de 24 pacientes entre 2008 y 2016, de los cuales siete murieron.
Inhabilitado desde 2016, cuando arrancó la investigación por las denuncias puestas por víctimas de dos clínicas de Besançon en las que trabajaba, Péchier fue puesto este viernes en libertad bajo control judicial tras ser imputado por 17 casos, que se suman a otros siete de los que ya se le inculpó en 2017.
El patrón se repite en las víctimas, de los cuatro a los 80 años sin problemas aparentes de salud. Todos sufrieron paradas cardiacas durante una serie de intervenciones menores en las que se registra un patrón común: el doctor Péchier intervino en la salvación.
Entre los afectados figuran un niño de cuatro años que sufrió dos paros cardiacos durante una operación de amígdalas o una mujer de mediana edad víctima de un infarto durante una intervención por un problema pulmonar, que quedó cuatro días en coma.
Hasta quince de los pacientes fallecieron a consecuencias de estos ataques.
Según el fiscal de Besançon, Etienne Manteaux, el «modus operandi» consistía en contaminar las bolsas de sueros de rehidratación o de paracetamol con sobredosis de anestésicos locales o potasio.
Los investigadores sospechan que lo hacía a propósito para intervenir tras el infarto en el quirófano y salvarlos con el diagnóstico adecuado para disfrutar del reconocimiento de sus colegas, lo que ha venido ocurriendo desde que comenzaran los hechos.
Péchier, que ha acudido a los juicios acompañado de su mujer, sus dos hijos y sus padres, defiende su inocencia y pide que lo dejen ejercer. La Justicia le prohíbe ahora también acudir a Besançon o a la localidad aledaña en la que reside.
La prensa gala señala que el anestesista reconoció que en las dos clínicas en la que trabajaba tuvo que haber actos criminales y envenenamientos, pero niega ser el autor.
Frédéric Berna, abogado de la parte civil, ha llegado a declarar públicamente que, de confirmarse la acusación, se trataría de uno de los mayores criminales en serie de la historia de Francia.
«A partir del momento en que hay más de siete casos de envenenamiento en un mismo hospital, la sospecha ya es vertiginosa, totalmente inédita y aterradora», declaró el magistrado en la emisora regional «France 3».
Sin embargo, y aunque la investigación prosigue, las víctimas reprochan a la Justicia la puesta en libertad del médico, tanto en 2017 como tras esta segunda imputación. Pero los jueces entienden que no hay riesgo de que Péchier vuelva a actuar.
La Fiscalía ha anunciado ya que va a apelar esta decisión, que será examinada en un plazo de 15 días.