El joven de 23 años acusado de apuñalar mortalmente nueve veces y degollar con un cuchillo bayoneta a un amigo en un pub de Alicante por problemas con su perro ha confesado en el juicio que le mató, aunque ha insistido en que no recuerda que le asestara tantas cuchilladas ni que lo degollara.
Un jurado popular enjuicia desde este lunes a este hombre, para el que la fiscalía le pide 23 años de cárcel por asesinato con alevosía y ensañamiento, 2 años menos que la acusación particular, mientras que la defensa solicita una eximente incompleta.
El acusado ha evitado confirmar explícitamente que es el autor de las nueve incisiones y el degollamiento, que podría quedar probado en las próximas sesiones por la declaración de los numerosos testigos y por una grabación, aunque sí ha calificado su cuchillo como «arma homicida».
«No estoy seguro de haber dado todas las puñaladas», ha asegurado en un rifirrafe con el abogado de la acusación, en el que de forma arrogante ha llegado a culpar de las heridas mortales a «un ente».
A su letrada, ha explicado que entre los motivos de su inquina hacia la víctima estaba que había hecho que su perro comiera una piedra una semana antes, lo que provocó en el animal daños en el estómago que anunciaban su muerte, según le dijo el veterinario.
Los hechos ocurrieron el sábado 25 de febrero de 2017 sobre las 18 horas dentro del pub 'Orient Express II' de la pedanía alicantina de Villafranqueza donde, según el fiscal, el acusado le asestó nueve puñaladas de improviso y sin posibilidad de defensa, una de ellas en el corazón, y posteriormente le propinó patadas en la cabeza y le degolló a las puertas del local.
El enjuiciado ha manifestado que tras la agresión, sin recordar que fueran tantas puñaladas, huyó en bicicleta a casa de su abuela, en el barrio de Los Ángeles, y que por el camino tiró a un descampado el «arma homicida».
Una vez en el domicilio, ha explicado que se abrazó a su abuela y a un tío, a los que les confesó que «lo sentía», y también que a los 20 minutos fue detenido por la Guardia Civil, a la que condujo inmediatamente al lugar donde había arrojado el arma.
El acusado, que ha dicho que desde que era menor de edad siempre sale a la calle con una navaja porque es «coleccionista» y le gusta el senderismo, ha indicado que la víctima era un amigo «de toda la vida» hasta no mucho tiempo antes, y ha dado a entender que en su enemistad había «celos» por la novia del fallecido.
El juicio está previsto que siga durante tres sesiones en la Audiencia Provincial de Alicante antes del veredicto del jurado.