La despedida de Angélica Pastor como regidora de la Policía Local de Palma fue como su llegada al cuerpo: tormentosa. En el sentido literal de la palabra, porque la lluvia arruinó la fiesta de la Diada e impidió que la política, el alcalde y el jefe de policía pudieran leer sus tradicionales discursos.
«Tenía que haberse suspendido el acto, desde el lunes sabíamos que la previsión era de lluvia», fue una de las frases más repetidas por agentes y mandos. Desde el entorno de Angélica Pastor, en cambio, se sostuvo que no había marcha atrás posible: «Han venido 300 invitados y era muy complicado anular el acto. Además, la regidora ha querido condecorar a los agentes aquí presentes (en el Castell de Bellver), delante de sus familias».
Sea como fuere, el acto se desarrolló bajo una lluvia pertinaz, que no amainó en ningún momento, por mucho que los responsables de Cort miraran al cielo. Y se limitó a que Angélica Pastor, el alcalde Antoni Noguera, el jefe de policía Josep Palouzié y el general Cifuentes entregaran las medallas a todos los premiados. Que fueron muchos. 48 policías que se jubilaban fueron distinguidos, al igual que 111 municipales que recibieron la medalla blanca por cumplir treinta años en el cuerpo.
Otros galardonados por su especial relación con el cuartel de San Fernando fueron el jefe de los Bomberos de Palma, Manuel Nieto; el jefe superior de Policía, Gonzalo Espino Cruz; el teniente coronel Antonio Orantos y el jefe de Vigilancia Aduanera, Jesús García de Leániz.