Un joven de 31 años acusado de vender droga en Sant Antoni de Portmany (Ibiza), mientras estaba de fiesta en mayo de 2017, ha explicado que «estaba de vacaciones» y se «había drogado mucho» pero, no estaba vendiendo sustancias estupefacientes y, tal como ha remarcado, «nunca» lo ha hecho. La Fiscalía, sin embargo, no da «credibilidad» a su versión y le pide tres años y nueve meses de cárcel.
Durante su declaración ante la Audiencia Provincial de Baleares este martes, el acusado ha explicado que lo que estaba haciendo era ayudar a una amiga que se encontraba mal, dándole otro tipo de droga --cocaína-- para «compensar» los efectos de la que había ingerido anteriormente, ya que llevaban de marcha desde hacía varias horas. «Ella me dio la bolsa y yo se la serví», ha dicho en referencia a la droga.
El acusado ha explicado que, cuando fue requerido por dos policías locales, «al principio» puso todo de su parte pero luego, cuando le intentaron detener por poseer una riñonera con varias dosis de MDMA --que hubieran alcanzado un precio de 750 euros--, ha admitido que se puso «violento» porque, según ha dicho, «estaba súper drogado». «Me volví loco y empecé a hacer aspavientos y me acabaron empotrando contra una valla y me tiraron al suelo», ha relatado.
En este sentido, ha explicado que la riñonera no le pertenecía y que la había traído una chica, que estaba preguntando de quién era.
Por su lado, los dos policías locales que intervinieron en la detención han asegurado que el joven llevaba la riñonera con las sustancias estupefacientes en la mano. Asimismo, han negado que vieran a nadie acercarse con dicha riñonera para dársela.
Por otra parte, ha declarado una joven como testigo que ha explicado que se encontraba con el procesado en el momento de los hechos. «Cuando le acusaron de que (la riñonera) era suya reaccionó mal porque estaba bajo los efectos de las drogas», ha dicho.
Asimismo, ha señalado que ella consumió una «raya de coca» y que el acusado no le ayudó a tomársela. Ha explicado también que la llevaba en el bolso y que él no se la vendió.
En sus conclusiones, la Fiscalía ha mantenido la pena de cárcel y la multa de 1.000 euros. La defensa ha pedido la libre absolución.