Un joven ha aceptado en la Audiencia Provincial una condena de dos años de cárcel por abusos sexuales a un menor en Lloseta. El acusado, español de 26 años, ha indemnizado a la víctima, de diez, con 3.000 euros por los daños morales causados. El tribunal de la Sección Segunda ha acordado la suspensión de la pena de prisión por plazo de cinco años y le ha impuesto una medida de libertad vigilada durante el mismo tiempo. El procesado deberá realizar un curso en materia de educación sexual y no podrá comunicarse ni acercarse a menos de 300 metros de la víctima, su hermana y su madre durante cinco años. Además, deberá abonar una multa de tres meses a razón de cinco euros diarios por un delito leve de coacciones.
La Fiscalía sostiene que el joven, de 26 años, entabló una relación de amistad con la madre del menor, que era amiga íntima de su hermana. El acusado, «para ganarse la confianza de la mujer», le dijo que acompañaría a sus hijos al colegio y que los iría a recoger ya que su sobrina iba al mismo centro escolar.
La madre de la presunta víctima comprobó que el joven tenía unas «conductas extrañas» con su hijo mostrándose «excesivamente cariñoso» y pasando largos periodos de tiempo con él.
El acusado, según la versión del ministerio público, empezó a hacer regalos al niño de gran valor económico como un móvil, un patinete eléctrico o un dron. También le invitaba a comer y a actividades de ocio fuera del domicilio. La acusación pública señala que el joven besaba en la boca al menor y le hacía comentarios que llevaron a la madre del perjudicado a sospechar de que estuviera abusando de él.
La fiscal relata que, entre el 6 de octubre de 2016 y el 1 de febrero de 2017, el acusado se quedó a solas con el menor en su domicilio y le obligó a que le masturbara. En otra ocasión, en el mismo lugar, el joven le puso películas pornográficas en su ordenador y le besó en la boca. La presunta víctima, siempre según el escrito de la Fiscalía, veía la película de Peter y el Dragón y realizó tocamientos al joven.
Prohibición
La madre del menor prohibió al acusado que viera y se relacionara con su hijo tras tener sospechas de los abusos y también lo denunció. El ahora condenado, entre el 6 y el 9 de marzo de 2018, coincidió con el niño a la salida del colegio y lo miró de forma intimidatoria e incluso, en una ocasión, le hizo una peineta al coincidir una tarde cerca del domicilio de la denunciante.
El Ministerio Público solicitaba en un principio una pena de cinco años de cárcel por un delito de abusos sexuales a menor de 16 años. El abogado defensor del acusado, Diego Marín, ha llegado a un acuerdo con las acusaciones y han rebajado la petición a dos años de cárcel.