Los padres de Julen, el niño de 2 años que murió tras caer el pasado 13 de enero a un profundo pozo en Totalán (Málaga), han ratificado este lunes ante la jueza instructora del caso la declaración que hicieron ante la Guardia Civil, con algunas concreciones sobre el entorno.
José Roselló y Victoria García han llegado a la Ciudad de la Justicia a las 10:40 horas para declarar en calidad de testigos ante la titular del Juzgado número 9 de Málaga, dependencias a las que han accedido acompañados del dueño del terreno donde estaba el pozo, David Serrano, y su pareja.
La abogada que ejerce la acusación particular en este caso en representación de los padres del niño, Antonia Barba, ha explicado a los periodistas que los progenitores y la pareja de David Serrano, también citada como testigo, han declarado por separado durante una hora y media en total.
Los padres han ratificado el testimonio que prestaron ante la Guardia Civil, si bien han podido concretar la «ubicación exacta» de algunos elementos del entorno el día de los hechos como la ubicación de las mesas y del pozo, así como «qué había o qué dejaba de haber» en la zona, detalles que no ha especificado por respeto a la instrucción.
La letrada ha afirmado que las declaraciones han sido «bastante precisas» y ha destacado que los padres hayan «sacado fuerzas para poder ayudar a que se puedan esclarecer los hechos».
Al ser preguntada si la declaración de los padres ha ido en la misma línea de su testimonio ante la Guardia Civil ha señalado: «son personas que no mienten, osea no tienen por qué hacer una declaración distinta», y ha pedido respeto para la familia en las redes sociales porque «lo único que quieren es poder tener un duelo tranquilo».
Según han dicho fuentes judiciales, las declaraciones testificales están siendo muy importantes para decidir en su día la posible responsabilidad y si el pozo estaba cerrado o no, extremo que no han podido aclarar los testimonios efectuados este lunes.
Propietario del terreno
También se ha reafirmado en su declaración la pareja del dueño del terreno, quien ha recordado que vio medio cuerpo del niño y cómo desaparecía al caer en el pozo, según ha comentado a los periodistas Antonio Flores, abogado de David Serrano, propietario de la finca y único investigado en el caso.
El pasado viernes, en su declaración ante la jueza en calidad de investigado por un delito de homicidio imprudente, Serrano alegó que era imprevisible la caída del niño, y que valoró el peligro y por ello puso dos bloques de hormigón, pero en ningún caso pensó que alguien pudiera caer.
Según sus abogados, Serrano explicó a la jueza que es un «ignorante» en los trámites administrativos necesarios de hacer el pozo y que se encomendó a un profesional, en referencia al pocero que hizo la prospección.
La instructora del caso ha citado a una docena de testigos, entre ellos el próximo miércoles a los tres senderistas que llegaron a auxiliar a los padres del niño, mientras que el pocero y el operario que hizo una zanja posterior al sondeo declararán el 12 de marzo.
El cuerpo de Julen fue encontrado la madrugada del pasado 26 de enero, tras trece días de búsqueda después de que cayera a un pozo de unos 25 centímetros de diámetro y más de 70 metros de profundidad.
Todas estas declaraciones se producen después de que la Fiscalía las solicitara a la magistrada instructora tras estudiar las diligencias de investigación aportadas por la Guardia Civil con el fin de «depurar, si es que las hubiere, las responsabilidades penales de las personas intervinientes».