Turquía sigue con espanto el caso de una madre que sometió a su bebé a diversos maltratos y torturas, según ella misma acabó confesando a la Policía, tales como pincharla con una navaja o inyectarle lejía y jabón líquido con una jeringuilla en varias partes de su cuerpo, prácticas a las que la ha sometido desde que la pequeña tenía un mes de vida. «No podía amar a mi hija, no podía abrigarme con ella. Decidí torturarla», confesó la mujer a las autoridades.
Según publican varios medios británicos, la mujer ha sido encarcelada aunque no constan informes psiquiátricos ni su situación psicológica para haber llevado a cabo tan monstruosos actos contra su propia hija.
El caso sucedió en Estambul, la metrópoli turca, y ha causado polémica debido al hecho de que esta mujer fue investigada con anterioridad, hasta en dos ocasiones. En ambas fue liberada y se le permitió volver a vivir con su hija, a la que supuestamente siguió maltratando con impunidad.
El relato de la madre es estremecedor, y ha sido ella misma la que se ha entregado y ha acabado confesando sus actos, por los que ha sido recluida a la espera de un juicio.