El jurado del proceso contra Joaquín «El Chapo» Guzmán, acusado de narcotráfico, le ha declarado este martes culpable de los diez cargos contra él como responsable del cartel de Sinaloa, una organización criminal dedicada al contrabando de droga a Estados Unidos, por lo que podría ser condenado a cadena perpetua.
El jurado número once y portavoz del tribunal popular entregó al juez de la corte federal de Brooklyn (Nueva York), Brian Cogan, un papel con su decisión, que fue leída por el juez tras advertir a los asistentes en la sala de que no podían expresar reacción alguna a la lectura del veredicto, una decisión que el Chapo recibió con la cara desencajada.
El juez transmitió que la decisión del jurado fue de condenar por los diez cargos al Chapo, y no llegó a la unanimidad en dos violaciones de uno de los cargos, concretamente dos violaciones centradas en la distribución de cocaína en 2007 y de marihuana en 2012.
El juez Brian Cogan tiene ahora la misión de establecer la condena del que ha sido el caso más mediático e importante de narcotráfico en Estados Unidos, para lo que ha convocado al tribunal para el próximo 25 de junio.
Guzmán Loera, de 61 años y vestido hoy de azul y corbata oscura, se ha enfrentado durante tres meses a un juicio en la corte federal para el distrito este de Nueva York, en Brooklyn, por diez cargos relacionados con el narcotráfico, el principal el de mantener una empresa criminal continua, por los que podría ser condenado a cadena perpetua.
El juicio se ha realizado bajo estrictas medidas de seguridad, entre ellas la de ser el único proceso judicial que se celebraba en el octavo piso del tribunal, además de un contingente de agentes de seguridad y miembros de la unidad canina dentro y fuera de la corte.
El jurado escuchó antes de su veredicto 56 testimonios, de los cuales 14 fueron cooperantes del Gobierno estadounidense, entre ellos Ramírez Abadía, sin duda el más impactante, tanto por su rostro desfigurado por cirugías plásticas para evitar ser reconocido por las autoridades, como por la frialdad con que habló de los asesinatos.
Los testigos, encarcelados en EE.UU. y que esperan una reducción de sentencia por su cooperación, eran socios del Chapo, como Chupeta, o empleados muy cercanos como Dámaso López, Jesús «el Rey» Zambada y su sobrino Vicentillo Zambada, cuyos declaraciones ya revisó el jurado durante los primeros cuatro días de deliberaciones.
Durante los años al frente del cartel Norte del Valle, «Chupeta» exportó unas 400.000 toneladas de droga a EE.UU, la mayoría con el cartel mexicano, para lo que se sirvieron de diversos medios de transporte como túneles, lanchas rápidas, embarcaciones de pesca y hasta latas de jalapeños.
Al jurado de este caso también le han rodeado estrictas medidas de seguridad, que incluyen la prohibición de divulgar sus nombres, dónde viven o trabajan, y ser escoltados diariamente desde su casa a la corte por alguaciles federales.
Este proceso ha provocado la presencia de una multitud de periodistas y curiosos y una gran expectativa por el desenlace del caso.