La Audiencia Provincial ha condenado a un joven a cuatro años y medio de cárcel por secuestrar y agredir a un hombre, en un piso de Palma, a principios de 2018. El tribunal ha absuelto a la pareja del procesado al considerar que no ha quedado probado que participase en las palizas a la víctima.
El acusado conoció al perjudicado el 25 de febrero en casa de un amigo común. Salieron de fiesta dos días seguidos y logró que la víctima le entregara 600 euros que sacó de un cajero. La mañana del día 27 ambos acudieron a la vivienda del denunciante y los recibió su padre.
El hombre pidió al condenado que lo acompañara a Son Llàtzer al ver que su hijo estaba en muy mal estado. No llegaron al hospital. Sufrieron un accidente con el coche y el acusado llevó al afectado a su casa, en Alfons el Magnànim. Una vez en el interior, le quitó el móvil y le propinó puñetazos exigiéndole la entrega de 7.500 euros para reparar los daños del vehículo. El agresor le golpeó en varias ocasiones y lo dejó en un colchón en el interior del salón. La víctima no intentó salir ante el temor de sufrir más agresiones. El día 28, el herido pudo coger su móvil y avisó a su padre. La Guardia Civil interceptó al acusado cuando se dirigía con el denunciante a sacar dinero a un banco.
El acusado presentaba enrojecimiento en algunos de los nudillos y no dio «una explicación lógica», según recoge la sentencia. Afirmó que le pusieron las esposas muy apretadas. La víctima explicó que el agresor se colocaba una sábana para agredirle.
La Fiscalía solicitaba siete años de cárcel para cada uno de los acusados, defendidos por el abogado Toni Oliver.