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Las tres cuchilladas, las pruebas y los testigos tumbaron la versión exculpatoria de la homicida

Dos agentes de la Guardia Civil trasladaron a la detenida hasta el juzgado de guardia de Ibiza, el pasado viernes . | Marcelo Sastre

| Ibiza |

La versión exculpatoria sostenida por la investigada resulta incongruente por las múltiples lesiones que presentaba la víctima» y la «supuesta situación de maltrato frecuente y habitual no se ve corroborada, sino todo lo contrario». Son algunos de los contundentes argumentos expresados por la titular del juzgado de Instrucción número 1 de Ibiza, María Luisa Bustillo, en el auto de prisión provisional sin fianza dictado contra Sandra S.F., ibicenca de 18 años que hace ocho días acabó con la vida de su pareja, José Eloy Vicent, asestándole tres cuchilladas, una de ellas mortal, en el corazón.

En el auto de prisión se desmonta la versión exculpatoria de que la agresión respondiese a una acción en defensa propia y fruto de una «situación de maltrato habitual». Así, en los razonamientos jurídicos, la magistrada califica de «incongruente» el relato de la joven detenida. En su declaración, la acusada señaló que después de una discusión y de pinchar con una navaja las ruedas del coche de la víctima, reaccionó de forma «automática» cuando la víctima se le aproximó para recriminarle su acción. La investigación subraya que esta presunta reacción automática «es incongruente con las múltiples lesiones» (tres) que presenta la víctima, «lo cual contradice abiertamente lo aducido por la agresora de que únicamente asestó una puñalada a su pareja».

La autopsia realizada al joven de 31 años recoge una herida por arma blanca que le alcanzó el corazón y otras dos heridas puntiformes.

Respecto al relato de una supuesta situación de maltrato frecuente y habitual, el auto destaca que este hecho no sólo «no se ve corroborado, sino todo lo contrario». En este sentido, indica que el informe forense realizado a la agresora «no presenta ningún signo, evidencia o marca alguna de tal supuesto».

Pruebas y testigos

La declaración de uno de los testigos, el propietario de la casa donde vivía la pareja desde hace unas semanas, señala que él «nunca observó ninguna circunstancia de maltrato» y que era la joven la que «acosaba» a la víctima. En este sentido, indicó que la mañana del día del crimen, la chica, aprovechando que José Eloy dormía, cogió el teléfono móvil del joven para comprobar las llamadas. Al advertir una llamada entrante de otra mujer se desencadenaron los hechos: el pinchazo de las ruedas y la posterior agresión mortal.
La jueza resalta que la acusada incurrió «en múltiples inexactitudes, vaguedades e imprecisiones que, en general, no hacen sino que debamos valorar su testimonio como poco creíble; pintando un escenario de maltrato de forma genérica, sin apuntar detalles ni concretar los hechos a pesar de que con insistencia se le preguntó al respecto».

Asimismo, en los razonamientos jurídicos se explica que la acusada relató en sede judicial que «tras la puñalada, únicamente pudo ver que el denunciado se llevaba las manos al pecho y se quejaba de dolor, huyendo precipitadamente porque pensaba que ‘iba a ir detrás de ella'». Esta circunstancia no concuerda con el hecho de que, tras la agresión, llamase a su madre para advertirle que José Eloy «no estaba bien porque tenía mucha sangre», según le manifestó ésta en sede policial.

Añade la juez que «no se comprende el motivo por el cual no buscó ayuda tras haber ‘sorteado' el peligro inicial, sino que lo que hizo fue huir y esconderse, desprendiéndose antes del arma empleada, ya que la navaja fue hallada por los efectivos policiales a una cierta distancia del lugar en que encontraron a la joven».

La juez magistrada concluyó que los hechos plasman «indicios certeros de la comisión de un delito de homicidio». La joven acusada se encuentra en el Centro Penitenciario desde el pasado viernes. Tres días antes, el martes, fue detenida por la Guardia Civil como presunta autora de la muerte de su pareja en la entrada de los apartamentos Don Pepe, en la playa de es Codolar.

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