Una persecución y posterior detención propia de una superproducción americana. Pero ocurrió algo más cerca, entre Magaluf y El Toro, en Calvià. Un joven, de poco más de 20 años, fue condenado este viernes a dos años de prisión por conducir un coche sin tener el carnet, borracho, drogado, rebasar el límite de velocidad permitido, huir de un control policial y embestir un vehículo de la policía local, causando lesiones a dos agentes. Todo ello con un automóvil que le había dejado su amigo, que iba con él de copiloto.
El procesado reconoció los hechos y se conformó con la pena de cárcel, el pago de una multa y llevar a cabo trabajos para la comunidad.
Todo lo anterior ocurrió, según la Fiscalía, en la madrugada del 12 de marzo de 2018. El acusado, y su amigo, se dirigía a más de 100 km/h desde Magaluf a Santa Ponça, en una vía donde el máximo permitido es 50. En ese momento, un coche patrulla de la Policía Local, que se cruzó con ellos y le intentó dar el alto. Hicieron caso omiso a las señales luminosas y acústicas de los agentes. El procesado aceleró y se dirigió a El Toro. Allí entró en una vía, giró y logró esquivar al coche que le perseguía. Siguieron con su plan de no detenerse y volvieron a dirigirse a Santa Ponça, perdiendo de vista a sus perseguidores, que pidieron refuerzos. Estos llegaron y lograron situar el coche policial en mitad de una calle sin salida. El conductor, lejos de frenar una vez encerrado y sin posibilidad de huir, dio marcha atrás y lo embistió, con dos agentes dentro, que sufrieron lesiones. Los dos fueron arrestados al bajarse del coche.
El copiloto quedó absuelto antes de celebrarse la vista. Al condenado, acusado de hasta cinco delitos, se le suspendió la pena durante cuatro años.