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Vecinos del edificio incendiado en Palma critican la falta de apoyo de Cort

Javier Ros, junto a su perro, muestra el estado en el que han quedado los pisos afectados por el incendio de Camp Redó. | Guillermo Esteban

| Palma |

Una niña que caminaba este martes por la calle Santa Catalina Labouré, ubicada entre los barrios de Cas Capiscol y Camp Redó, alzó la vista, señaló el inmueble situado en el número 2 y se dirigió a dos mujeres y a un niño que la acompañaban. «¡Mirad cómo ha quedado!, ¡Parece una casa del terror!», gritó la menor, que rondaría los diez años de edad.

Javier Ros, vecino del tercer piso del edificio que se incendió el 31 de diciembre, llevaba un ramo de rosas en una mano y con la otra sujetaba la correa de un yorkshire llamado ‘Trasto'. El joven, tatuado, con coleta y barba frondosa, vive encima de la casa del terror que describió antes la niña. «Los políticos no se han preocupado para nada de cómo está la gente afectada. Yo estoy sin puerta, no nos podemos mover. Todo el mundo se ha lavado las manos», criticó el vecino.

Ros se encontraba trabajando cuando explotó una bombona de oxígeno, en el comedor del 2º 1ª, a las diez de la mañana del pasado lunes. «Sucedió por un brasero. La gran explosión se produjo cuando contactó con la bombona de oxígeno de la señora, que tiene insuficiencia respiratoria», explicó. El hombre que vive con la mujer tiene parte de la cara quemada. Es una de las trece personas que resultaron heridas por inhalación de humo. Un butanero que reparte bombonas en la zona lo salvó. «Al ver el incendio, cogió el extintor del camión, subió y lo sacó. No sé por dónde se metió con el fuego que había».

Los bomberos de Palma, con la colaboración de la Policía Local, rescataron a los ocupantes del piso incendiado y a una anciana que reside en el primero. El resto de vecinos desalojaron las viviendas sin necesidad de ayuda.

Los funcionarios extinguieron las llamas y los técnicos revisaron el edificio. Tres viviendas quedaron precintadas: el 2º 1ª (donde se produjo el incendio), el 2º 2ª y el 1º 1ª. El domicilio en el que se originó el fuego quedó reducido a escombros. Totalmente calcinado. Los bomberos fracturaron la puerta del domicilio de Javier Ros después de que una vecina les informase de que había un perro en el interior, pero no lo encontraron. ‘Trasto' estaba escondido, asustado.

Arturo, otro vecino del bloque, contó que nadie del Ajuntament se desplazó para asesorar a los afectados. «La gente está indignada porque no se ha presentado absolutamente nadie». Las paredes blancas del interior del edificio en la segunda, tercera y cuarta planta se han vuelto grises por el humo. Todavía huele a chamuscado en la escalera comunitaria. La Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación del siniestro.

Está previsto que los técnicos regresen este miércoles al lugar para realizar una valoración de la estructura del inmueble.

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