El juzgado de Instrucción 3 de Palma ha ordenado a las compañías telefónicas que aporten datos para seguir la pista a la ubicación de los teléfonos móviles de los protagonistas de la muerte de un cineasta holandés en Son Banya.
Wouter van Luijin falleció después de sufrir un ataque en el poblado, al que acudió el 13 de julio de madrugada. La acusación particular, que representa a la familia, pidió al juzgado que indagara en las ubicaciones tanto del fallecido como del único detenido por los hechos, un joven de 19 años que se encuentra en prisión preventiva.
El sospechoso y la víctima se encontraron en el poblado. Según el detenido tuvo lugar entre ellos una pelea en la que le dio un golpe de poca entidad. En su primera versión, tras los hechos, sostuvo que le llevó hasta Son Espases en un vehículo que había alquilado y que vio a unos jóvenes que habían golpeado al cineasta y que se dieron a la fuga. Esta primera versión no cuadró a la policía que le detuvo al día siguiente.
Testigos
Durante la instrucción han comparecido varios testigos, entre ellos las tres personas que acompañaban al holandés en el taxi en el que llegó al poblado. De estas versiones han surgido contradicciones sobre cómo se produjo la agresión y en qué momento apareció el sospechoso en el poblado. Por eso, el juzgado ha accedido a buscar las ubicaciones. Buena parte de las pesquisas están también a la espera de informes médicos más concluyentes sobre la gravedad de las heridas que sufrió el cineasta y si tenía alguna enfermedad que detonara su fallecimiento.
La autopsia reveló que las heridas y los golpes que recibió la víctima fueron graves y en la causa consta algún informe médico holandés que descartaría que sufriera un aneurisma previo. La investigación judicial está a la espera de estas diligencias y de otros informes antes de concluir si fue un homicidio imprudente o intencionado.