En derecho penal la legítima defensa, defensa propia o autodefensa es una causa que justifica la realización de una conducta sancionada penalmente, eximiendo de responsabilidad a su autor, y que en caso de cumplirse todos sus requisitos, permite reducir la pena aplicable a este último.
En otras palabras, es una situación que permite eximir, o eventualmente reducir, la sanción ante la realización de una conducta generalmente prohibida.
Nuestro abogado de cabecera, Eduardo Luna, nos explica varios supuestos sobre la legítima defensa y la proporcionalidad a la hora de aplicarla.