El juzgado de lo penal número 28 de Barcelona ha condenado a un año y nueve meses de cárcel al joven acusado de robar un bocadillo en una panadería de Barcelona, al entender que amenazó a las dependientas con el trozo de una lata.
En su sentencia, el juzgado condena al procesado por un delito de robo con intimidación a menos de dos años de cárcel, por lo que en principio no implicará su ingreso en prisión al carecer de antecedentes.
La Fiscalía pedía tres años y medio de cárcel para el joven, mientras que su defensa argumentó en el juicio que actuó movido por un «estado de necesidad», ya que tenía hambre, y que el objeto cortante que esgrimió no era más que la lengüeta de una lata de bebida.
En su declaración en el juicio, el acusado reconoció que se abalanzó sobre el mostrador de la panadería para hacerse con un bocadillo porque «tenía hambre», después de que un cliente al que pidió ayuda se negara a comprarle algo de comer, pero insistió en que en ningún momento amenazó ni intimidó a nadie.
Las dependientas del local, por su parte, explicaron ante el juez que el acusado esgrimió ante ellas un objeto metálico «muy pequeño», que no supieron identificar, y que tras hacerse con el bocadillo abandonó el local a toda velocidad.
Para pedir la absolución de su cliente, la abogada se remitió a varias sentencias absolutorias de los llamados casos de «hurtos famélicos», en los que se aplica la eximente completa a personas que han cometido un delito bajo una situación de «estado de necesidad».