El australiano Sam Ballard fue retado, en el año 2010, a comerse una babosa que encontraron sus amigos en el jardín. Ballard, que se encontraba en una fiesta privada en Sídney, se tomó varias copas de vino, aceptó el reto y se comió el molusco totalmente crudo y vivo.
Unas horas después de la hazaña, el joven empezó a sentir unos calambres en las piernas que derivaron en una tetraplejia. La babosa que ingirió era portadora del parásito Angiostrongylus cantonensis, conocido como lombriz pulmonar de rata y, además, provocó que el joven entrase en un coma que duró 420 días.
Al despertar del coma, el joven presentaba dificultades para comunicarse con los demás aunque, con ejercicios, consiguió recuperar cierta movilidad. Este año, y tras ocho años de lucha, el hombre de 28 años ha fallecido «rodeado se su familia y sus amigos», tal y como ha informado Fox News.