Un conductor de 35 años y nacionalidad española que acababa de recuperar su carnet de conducir tras una condena por alcoholemia cuadruplicó la tasa máxima de alcohol tras protagonizar un aparatoso accidente en la carretera de Bunyola.
Pasadas las nueve de la noche del viernes, un BMW M5 de gran potencia, que circulaba a una velocidad muy elevada, tomó una curva en esa vía y el piloto perdió el control, invadiendo el carril contrario. Justo en ese momento circulaba por ese tramo otro conductor, que milagrosamente tuvo reflejos para dar un volantazo y evitar así la colisión frontal. Sin embargo, rozó el lateral de la berlina, que salió despedida contra un muro y después acabó en un arcén, a casi cien metros de distancia del lugar de la colisión.
Hasta el punto kilométrico del siniestro se desplazaron dos ambulancias y agentes de Tráfico de la Guardia Civil. Los dos conductores habían resultado heridos y fueron atendidos por los sanitarios. El que había provocado el accidente fue sometido a la prueba de alcoholemia ante las sospechas de que iba bebido y el resultado fue que cuadriplicó la tasa máxima. Se da la circunstancia de que el hombre había recuperado el carnet el mes pasado, tras mucho tiempo sin poder conducir debido a otra alcoholemia.
El acusado llevaba muletas para caminar por las secuelas que le dejó otro siniestro de circulación en el que estuvo implicado. Una grúa retiró el BMW siniestrado, que sufrió graves daños en el lateral derecho y los agentes de Tráfico señalizaron la colisión para que los otros conductores que circulaban por la zona tuvieran precaución. El conductor ebrio quedó en libertad y será sometido a un juicio rápido.
«No controlo mucho el coche porque es muy potente»
El acusado del accidente explicó a los funcionarios que intervinieron que hacía poco que había adquirido el BMW y que no lo controlaba mucho «porque es muy potente», dando a entender que se le había ido en la curva al pisar el acelerador.
Sin embargo, la Guardia Civil sostiene que chocó por ir ebrio.