El Juzgado de Paz y el Registro Civil, ubicados en la plaza de Sant Llorenç, sufrieron las consecuencias de la terrible riada del pasado martes.
Debido a la gran cantidad de agua que entró en sus dependencias, los tomos de las defunciones, los matrimonios y los nacimientos se han dañado.
La historia del pueblo desde 1892 hasta 2012 se ha borrado de estos libros y no se sabe si podrá recuperarse.
El próximo lunes, los especialistas en archivos del Consell de Mallorca se desplazarán hasta Sant Llorenç para intentar restaurarlos.