«El perro solo mató a un cordero, pero las ovejas preñadas, unas 30, corrieron un buen rato para escapar y ahora no sé si abortarán». El payés Jeroni Salom recibió una mala noticia el pasado sábado por la tarde en su finca de Binissalem.
La Guardia Civil le avisó de que un perro suelto se había colado y mató a un cordero joven, de tres meses. Salom pide a la gente que ate a sus canes.
La finca, cerca del restaurante Can Arabí, tiene un cartel que informa de que está prohibido el paso y, sobre todo, los perros. Nadie hace caso. «Es un camino muy transitado y la gente pasa con los perros sueltos», cuenta el payés, que hace dos años que trabaja en la posesión. El propietario del perro se disculpó con Salom y le dijo que se le había escapado.
La mayoría de ovejas están a punto de parir. «He cuidado a los animales desde principios de año para obtener beneficios y si abortan no me reportarán nada».