El testigo protegido 29 del ‘caso Cursach' regresó este miércoles a los platós de televisión. En el programa de Ana Rosa Quintana denunció haber sido objeto de una quinta agresión, en este caso con un soplete, y cargó contra la magistrada que dirigió el último juicio por coacciones en su contra y que terminó en absolución.
Ana Rosa Quintana preguntó al testigo 29: «Cuando declara un testigo protegido, ¿declara en condiciones de anonimato o no?» Él respondió: «Me alegra que me hagas esta pregunta porque es una vergüenza. Ha habido un juicio y una de las juezas juzgadoras cogió y me obligó a declarar en sala sabiendo que el abogado de la parte contraria tenía una orden de alejamiento».
Fue más allá, según dijo. La magistrada le metió en un cuarto con los dos policías que le acompañaban y le indicó cómo tenía que contestar en el juicio: «Me dijo que cuando me preguntara el abogado de la parte contraria tenía que contestar que no me acordaba o no sabía». Fue más allá todavía y puso en duda la objetividad de la juez: «Absolvió a la persona acusada y luego me entero de que la jueza esta es amiga íntima del abogado de la parte contraria». La presentadora le interrumpió en ese momento y le preguntó si había tomado alguna medida al respecto: «Mis abogados lo han puesto en conocimiento de la Audiencia Provincial y del Consejo General del Poder Judicial», añadió. Insistió en que se encuentra «totalmente aterrorizado».
El testigo aludía al tercer juicio contra un ciudadano rumano acusado de coaccionarle. Los dos primeros terminaron en sendas condenas. En esta tercera ocasión, la titular del Juzgado de lo Penal 2 de Palma, Magdalena Ferraté, decidió absolver tras considerar que la versión del 29 «no es convincente, o al menos siembra muchas dudas». Parte de esas dudas se basaban en la existencia de numerosas pruebas de problemas personales entre el acusado y el denunciante, que habían compartido piso: «Puede existir un móvil de odio, venganza o cualquier otro de carácter espúreo», indicaba la resolución. Esta sentencia no fue recurrida por la única acusación personada, la Fiscalía, y ya es firme. El testigo 29 no se personó en la misma como víctima.
En este caso se acusaba a un ciudadano rumano que fue detenido en varias ocasiones y que llegó a ingresar en prisión. El acusado es hermano de la mujer que firmó la querella contra el juez instructor, Manuel Penalva, ante el TSJB. Los otros dos casos se saldaron con condenas en torno a los tres años de prisión que todavía permanecen pendientes de distintos recursos de apelación.