El grado de cobertura forestal ha alcanzado casi el 60 % en la zona afectada por el gran incendio que arrasó en julio de 2013 un total de 2.400 hectáreas de Andraxt y Estellenç, de las que 2.335 eran pinar, carritx y matorral, ha informado este miércoles la Conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca.
La tasa de erosión de la zona afectada es «relativamente baja» para este tipo de zonas incendiadas del Mediterráneo, lo que demuestra la efectividad de las infraestructuras instaladas tras el incendio, la función de los bancales y el hecho de que no se haya producido ningún fenómeno de precipitación torrencial en estos cinco años, lo que habría incentivado el proceso de erosión.
«Como resumen general», la conselleria afirma que la regeneración natural de la zona afectada por el incendio sigue una evolución positiva al incrementarse de manera progresiva el grado de cobertura vegetal, aunque es «importante» que se «consolide» la cobertura arbórea de pinos.
Por ello, la conselleria apuesta por continuar con el control de la cabra asilvestrada con la finalidad de recuperar el paisaje y los servicios de ecosistemas que proporciona el bosque.
La conselleria y la Universidad de las Islas Baleares (UIB) han elaborado un libro que recoge todo el seguimiento del área afectada, con los datos relevantes de la efectividad de las actuaciones de conservación del suelo y de la evolución de la regeneración natural de la vegetación afectada, así como del conjunto de las intervenciones de conservación realizadas.
Este jueves se celebran cinco años del incendio que comenzó el 26 de julio de 2013, que coincidió con uno de los días más secos y calurosos del año.
El incendio se inició en sa Coma Calenta, en el término municipal de Andratx, y resultó ser uno de los incendios forestales más virulentos y devastadores de la historia de las Islas Baleares.
Una negligencia fue el origen del fuego que obligó a desalojar el pueblo de Estellencs en su totalidad.
La extensión y singularidad del incendio y el hecho de que un gran número de ciudadanos estuvieran amenazados por las llamas tuvo un amplio seguimiento mediático, ha reseñado la conselleria.
Además, las condiciones meteorológicas extremas de baja humedad relativa y la temperatura ambiente elevada, junto con las características topográficas complejas de la zona, obligaron a llevar a cabo un amplio despliegue de medios de extinción de incendios sin precedentes en las Islas Baleares, que tuvieron que «trabajar duro» durante 18 días para darlo por extinguido.
Este incendio ocasionó una gran alarma social, especialmente por la gran cantidad de casas y viviendas en peligro debido a las llamas.
Tanto es así que el incendio forestal afectó a 120 inmuebles, 25 de los cuales presentaron daños leves y 35 daños graves, con daños estructurales.
Dada la singularidad ambiental y la extensión de la zona, la Conselleria de Medio Ambiente elaboró un plan completo de restauración de la zona incendiada, que se vertebró en cinco ejes de actuación con el fin de recuperar los hábitats naturales afectados y la calidad del paisaje.
Se dio prioridad a los esfuerzos para evitar la pérdida de suelo por erosión y a la planificación de las medidas urgentes para garantizar la seguridad.
Los cinco ejes de actuación fueron: garantizar la seguridad para personas y bienes; control y prevención de procesos de desertificación y prevención de la aparición de plagas; regeneración de la cubierta vegetal; recuperación de las especies de flora y fauna, hábitats y paisajes singulares que había antes del incendio; sensibilización sobre la necesidad de la autoprotección y difusión de la cultura del riesgo.
La reina Sofía y el actual rey de España -entonces Príncipe de Asturias- visitaron el 31 de julio de 2013 el centro de control de operaciones de extinción del incendio, situado en el Ayuntamiento de Andratx, para agradecer y valorar el intenso trabajo realizado por profesionales y voluntarios y solidarizarse con las personas afectadas.