La Fiscalia de Lleida pide 48 de cárcel para el cazador que confesó haber matado a tiros a dos agentes rurales, de 43 y 39 años, en el coto de caza Aspa (Lleida) al que acusa de dos delitos de asesinato con alevosía y de tenencia ilícita de armas.
En su escrito de acusación el Ministerio Público reclama por cada uno de los delitos de asesinato, concurriendo la circunstancia de confesión 23 años y ocho meses de prisión y otro año por tenencia ilícita de armas y pide también un año de prisión para el propietario de la escopeta.
La Generalitat, por su parte, reclama 20 años de cárcel por cada uno de los asesinatos, un sindicato de agentes rurales 25 y las familias suman una petición de 51, según la abogada del cazador que presentará en breve su escrito de defensa.
El cazador, de 30 años y vecino de Vacarisses (Barcelona), disparó a los agentes rurales el 21 de enero dos tiros a una distancia de entre 3 y 6 metros y acto seguido cuando ya estaban en el suelo se aproximó a ellos y volvió a dispararles, según relata el escrito del fiscal.
Uno de los agentes murió como consecuencia de los dos disparos, el primero en la muñeca derecha y zona mandibular y el segundo le provocó una herida en el cuello con entrada en la zona cervical izquierda y salida por la zona cervical derecha.
Otro murió como consecuencia de los dos disparos uno en el pecho y otro en la zona parietal posterior derecha, según relata la Fiscalía que apunta también que el arma utilizada por el acusado estaba preparada para disparar únicamente tres cartuchos «de forma que para disparar el cuarto, el acusado recargó el arma».
El acusado, que está en prisión preventiva desde el día de los asesinatos, le comunicó a uno de sus compañeros que había disparado a los agentes y los cazadores le propusieron que avisara a los Mossos y lo hizo.
Cuenta el escrito de Fiscalía que los agentes rurales se acercaron al cazador y le pidieron que descargara el arma y que el joven para evitar ser identificado sin la licencia de armas y con un arma de la que no era titular se giró hacia ellos «y les disparó con la intención de acabar con su vida».
Fiscalía sostiene que el acusado, «en cuanto que es un cazador experimentado, conocía que los agentes rurales realizaban su trabajo sin portar armas, careciendo de capacidad de respuesta ante una agresión con arma de fuego».